Aunque el puente de Avenida Universidad fue concebido como una vía esencial para agilizar la circulación entre el Centro Histórico y la zona oriente de San Luis Potosí, hoy representa una amenaza para la seguridad de quienes lo cruzan a pie o en bicicleta.
Las escaleras laterales —el único acceso peatonal al puente— presentan fracturas, desprendimientos de concreto y escalones incompletos, lo que complica el tránsito, especialmente para personas adultas mayores o con discapacidad. A esto se suma la ausencia de mantenimiento en los barandales, varios de los cuales ya no ofrecen ninguna protección efectiva ante una posible caída.
Además, algunos postes de luz tienen cables eléctricos expuestos, lo que representa un peligro inminente, sobre todo durante la temporada de lluvias.
Inseguridad y abandono
Debajo del puente, la falta de alumbrado público ha generado un entorno propicio para la comisión de delitos. Personas usuarias han denunciado asaltos frecuentes, tanto a transeúntes como a ciclistas, sin que las autoridades municipales respondan con patrullaje o vigilancia preventiva.
Pese a estas condiciones, el puente sigue siendo una de las rutas más utilizadas por trabajadores, estudiantes y repartidores que cruzan diariamente entre ambos lados de la ciudad.
Una estructura olvidada
Construido durante el sexenio de Antonio Rocha Cordero (1967–1973), el puente Universidad ha sido identificado por especialistas en desarrollo urbano como una de las infraestructuras prioritarias a rehabilitar. Desde 2021, se habían lanzado alertas sobre su deterioro, pero ni el Ayuntamiento capitalino ni el Gobierno del Estado han destinado recursos para su intervención.
“La estructura ya cumplió su vida útil, necesita más que parches”, advirtió un urbanista consultado por Ingrata Noticia. “Si no se actúa pronto, habrá consecuencias graves”.
El llamado es claro: rehabilitar el puente no es solo una cuestión de infraestructura, sino de seguridad pública, movilidad inclusiva y dignidad urbana.