Aunque la partería tradicional está prohibida en el estado desde hace aproximadamente 17 años, Patricia Rivera, partera originaria de la capital, continúa ofreciendo acompañamiento prenatal y técnicas tradicionales para mujeres embarazadas en la Zona Metropolitana.
La restricción entró en vigor con la llegada del Seguro Popular, lo que impidió que las parteras pudieran asistir partos o ingresar a quirófanos para apoyar a las mujeres durante el alumbramiento.
Actualmente, Patricia se dedica a acomodar bebés y brindar atención a mujeres con dificultades para concebir o mantener un embarazo, además de acompañarlas durante la gestación.
“En la actualidad está prohibida la partería aquí en San Luis. Entonces lo que hago es acomodar a los bebés, a las mujeres que no pueden tener bebés por alguna razón, les ayudo y llevo el acompañamiento durante el embarazo”, explicó.
Un oficio heredado
Patricia aprendió el oficio de su abuela y de una vecina partera. Antes de la prohibición, llegó a atender numerosos partos en distintas colonias de la ciudad. Hoy, trabaja con un grupo reducido de 10 a 15 mujeres que buscan sus servicios.
Ella misma fue asistida por una partera tradicional, Lorenza, reconocida en la colonia Satélite, durante el nacimiento de sus siete hijos.
Mientras que un parto en un hospital puede costar alrededor de 5 mil pesos, la partería tradicional tenía un costo estimado de entre mil y dos mil pesos, lo que la hacía una opción más accesible para las familias.