Israel siguió bombardeando el martes posiciones de Hezbolá en Líbano, al tiempo que el Gobierno discutía un eventual alto al fuego con el movimiento islamista proiraní.
Tras dos meses de guerra abierta, un nuevo ataque israelí el martes contra un edificio que albergaba a personas desplazadas en Beirut dejó al menos tres muertos.
En paralelo siguieron los bombardeos masivos contra los suburbios del sur de la capital libanesa, donde Israel anunció haber alcanzado «20 objetivos terroristas» de Hezbolá, tras llamar a la población a evacuar.
El gabinete de seguridad israelí nacional estaba reunido el martes por la tarde, indicó un funcionario de la oficina del Primer Ministro Benjamin Netanyahu.
«Creemos que hemos llegado al punto en el que estamos cerca», aseguró por su parte John Kirby, un portavoz de la Casa Blanca.
Según el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, Israel «no tiene excusa» para rechazar un alto el fuego. Y la ONU reiteró su llamado a un «alto el fuego permanente » en Líbano, Israel y también en la Franja de Gaza.
Por su parte, los Ministros de Relaciones Exteriores del G7 expresaron su apoyo a «un alto el fuego inmediato entre Israel y Hezbolá» tras una reunión cerca de Roma.
El Ministro de Defensa israelí, Israel Katz, advirtió que su país actuará «con fuerza» en caso de violación de un posible pacto.
La guerra que empezó en octubre de 2023 entre Israel y la Franja de Gaza se ha extendido a Líbano desde septiembre.
Decenas de miles de civiles han sido desplazados en las regiones fronterizas del norte de Israel y el sur del Líbano.