El alcalde de la capital potosina, Enrique Galindo Ceballos, lamentó el asesinato de su homólogo de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, al señalar que hechos de esta naturaleza trastocan el ánimo social y exhiben los riesgos que enfrentan las autoridades municipales en materia de seguridad. “Siempre un evento puede trastornar el estado de ánimo social en materia de seguridad. Lamentablemente, hoy es un alcalde el que sufre un lamentable y triste atentado”, expresó.
Galindo recordó que conoció a Manzo en una reunión de ciudades de América del Norte en Washington, donde el michoacano impulsaba el “movimiento del sombrero”, iniciativa que —dijo— surgió de la desesperación por la violencia en su municipio. “Sabía que era arriesgado, pero era un movimiento legítimo de desesperación por lo que pasaba en Uruapan”, añadió. Consideró que el homicidio podría detonar un nuevo movimiento social frente a la inseguridad que padecen gobiernos locales en distintas regiones del país.
Cuestionado sobre si ha recibido amenazas en su calidad de alcalde, Galindo Ceballos afirmó que no. “Afortunadamente no. No me siento amenazado, ustedes saben que no uso escolta. Conozco muy bien el tema y en San Luis Potosí, creo que estamos estables en ese sentido”, declaró. Insistió en que el caso de Uruapan refleja la complejidad del contexto de seguridad en algunos municipios, mientras que la capital potosina —sostuvo— mantiene condiciones de estabilidad.






