El sueño (La cama), autorretrato de Frida Kahlo pintado en 1940, hizo historia este jueves al alcanzar 54.7 millones de dólares en subasta, el equivalente a poco más de mil millones de pesos.
La obra de la famosa artista mexicana había despertado altas expectativas desde que se anunció su venta en la casa Sotheby’s en Nueva York.
Con un precio estimado de salida de entre 40 y 60 millones de dólares, El sueño (La cama) superó el precio más alto para una obra de cualquier artista femenina vendida hasta ahora.
El récord de 44.4 millones de dólares lo mantenía la artista estadounidense Georgia O’Keeffe por Jimson Weed/White Flower No. 1, también subastada en Sotheby’s en 2014.
El precio más alto en subasta para una obra de Kahlo era de 34.9 millones de dólares, pagados en 2021 por el cuadro Diego y yo, que representa a la artista y a su esposo, el muralista Diego Rivera.
La pintura adjudicada este jueves muestra a Kahlo dormida en una cama de estilo colonial de madera, envuelta en una manta dorada con enredaderas y hojas. Sobre ella, aparentemente levitando sobre los postes de la cama, yace un esqueleto de tamaño natural.
En su nota de catálogo, Sotheby’s especificaba que la pintura «ofrece una meditación espectral sobre la porosa frontera entre el sueño y la muerte».
Exhibida públicamente por última vez a finales de la década de 1990, la pintura fue la estrella de una venta de más de 100 obras de artistas del surrealismo, como Salvador Dalí, René Magritte, Max Ernst y Dorothea Tanning, provenientes de una colección privada, cuyo propietario no fue revelado.
Kahlo, cuya vida fue trastocada por un accidente de autobús a los 18 años, se representó a sí misma y los eventos que experimentaba de manera vibrante y sin concesiones.
Comenzó a pintar mientras estaba postrada en cama, se sometió a una serie de dolorosas cirugías en su columna vertebral y pelvis fracturadas, y luego usó corsés hasta su muerte en 1954 a los 47 años.
«El esqueleto suspendido a menudo se interpreta como una visualización de su ansiedad por morir mientras duerme, un miedo muy plausible para una artista cuya existencia diaria estaba marcada por el dolor crónico y el trauma del pasado», refería el catálogo.






