- François Martínez es el potosino que deslumbra con su voz en Italia
El contratenor potosino François I. Martínez celebró su destacada trayectoria artística de 11 años con un emotivo concierto en el Colegio Pontificio Mexicano en Roma en el que reafirmó su posición como uno de los talentos más destacados de San Luis Potosí, llevando la música y la cultura mexicana a nuevos horizontes.
En entrevista para “Ingrata Noticia”, Francois quien es originario de Mexquitic de Carmina y cuenta con 33 años de edad nos relata cómo ha sido su trayectoria en la música clásica y barroca, además de los retos que ha enfrentado.
François, has celebrado 11 años de trayectoria artística con un concierto tan significativo en el Colegio Pontificio Mexicano en Roma. ¿Qué representa este evento para ti, tanto en lo personal como en lo profesional?
Celebramos 11 años de carrera con una gira por Italia. Visitamos Roma, donde tuvimos oportunidad de presentarnos en el Pontificio Colegio Mexicano, pero también visitamos Arezzo, Florencia, Brescia y Como. En algunos de estos lugares había cantado hace algunos años, pero en otros fue debut y eso es una satisfacción bastante grande porque es fruto del trabajo que seguimos realizando, de la formación constante.
Profesionalmente, fue un reto tremendo. Algunas personas me decían que estaba representando a San Luis Potosí y a México y eso es una responsabilidad muy grande, pero creo que la atendimos con dignidad y de buena manera.
En lo personal, es algo que no hubiera imaginado. Si me hubieran dicho hace 10 años que llegaría a cantar en Italia, no lo habría creído. Siempre me ha gustado cantar, pero nunca lo he hecho por fama ni por reconocimiento, sin embargo, no niego que es una emoción muy grande que todavía intento digerir.
A lo largo de tu carrera, has interpretado una amplia variedad de repertorios. ¿Cómo ha evolucionado tu estilo y tus interpretaciones a lo largo de estos 11 años de carrera?
El canto es una disciplina que exige una formación permanente, porque el cuerpo, que es nuestro instrumento, cambia. La voz cambia y eso exige una revisión constante del repertorio que interpretamos. He cantado ópera, lied, chanson, canzonetta, oratorio, bolero, canción de gala mexicana y más, cada uno demanda lo propio. Incluso, entre un compositor y otro hay cambios importantes. A veces, la voz no da para lo que se quiere, pero con el paso de los años, uno cae en cuenta de ello y va depurando el repertorio. Hoy, podría decir que tengo un estilo más consciente, sensato, que me permite mostrar quién soy sin necesidad de caer en los excesos o pretensiones innecesarias.
Teniendo en cuenta tu formación y experiencia, ¿qué opinas sobre la escena musical de San Luis Potosí y el apoyo a los artistas locales? ¿Hay algo que crees que se podría mejorar para fomentar el talento musical en la región?
San Luis Potosí es tierra de grandes artistas. No sólo en la música, los hay en todas las áreas, pero no hay acciones concretas para impulsarlos. Recuerdo que, en varias ocasiones, destacados maestros plantearon la necesidad de crear una carrera profesional para cantantes clásicos, pero nadie ha tomado el proyecto. Hay muchos cantantes y muy buenos maestros, pero falta apoyo institucional. Se tiene que dejar de ver al artista como un simple entretenimiento, es una labor profesional y resulta indispensable para la preservación y el impulso de la cultura.
Tu éxito ha trascendido las fronteras de México, llegando hasta Roma. ¿Cómo ha sido la experiencia de llevar la música y el arte mexicano a un escenario internacional? ¿Qué diferencias o similitudes has encontrado en la recepción del público en estos dos contextos?
A esta gira por Italia llevé sólo música mexicana y siempre es una preocupación el pensar en cómo lo recibirá la gente, aunque es similar a cuando canto obras extranjeras aquí, en México. Yo siempre he procurado explicar de qué se trata la obra, que la gente lo entienda, que sepa qué estoy cantando y eso mismo repliqué en Italia. La gente lo tomó muy bien. Al final, es cierta la frase de que la música es un lenguaje universal y todos podemos entenderla. Los públicos cambian, pero en esencia somos los mismos. Es imposible mantenerse indiferentes ante el arte, sobre todo cuando te llega al alma, cuando te sacude. El público, ya sea italiano, mexicano o de cualquier parte del mundo, se entrega, lo celebra y lo reconoce.
El camino hacia el éxito en la música clásica es desafiante. ¿Cuáles fueron los mayores obstáculos que tuviste que superar en tu carrera y qué consejo le darías a los jóvenes talentos que aspiran a seguir una carrera similar?
Creo que el obstáculo más grande, en un inicio, fue mi familia. Nací y crecí en un ambiente rural, en una comunidad. La ópera era un género totalmente ajeno. Decirles que quería cantarla era impensable. Apoyo no hubo y eso es un obstáculo. Ahora, después de muchos años, ha cambiado la percepción y agradezco que se han sumado a este proyecto personal como les ha sido posible y a su manera.
Por otra parte, en San Luis Potosí, he conocido a varios artistas que están a expensas de lo que da el Gobierno. Ese es un error enorme. Como todo profesional, de cualquier área, debemos buscar oportunidades en todos lados y no esperar que sólo el Gobierno nos contrate. Desde hace casi ocho años, trabajo con asociaciones civiles y organismos internacionales no gubernamentales que promueven el arte y la cultura. Ellos han sido pieza clave para llegar a donde estoy. Tenemos que abrir el abanico y buscar más opciones. De igual manera, yo no soy el más talentoso ni la mejor voz, pero me sigo formando, educando la voz. Ese es otro tema que debemos atender; la formación constante, porque no sólo es cantar bonito, hay que saber actuar, interpretar, pronunciar en idiomas diferentes al español. Hay mucho que aprender, mucho por estudiar y debemos estar listos para enfrentar el reto.
