El presidente de la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia (ANCTL), Ramiro Alatorre Rivero, y el integrante del comité jurídico de Tauromaquia Mexicana, Salvador Arias, calificaron como sorpresiva la prohibición de las corridas de toros con violencia que hizo la Jefa de Gobierno de la Ciudad, Clara Brugada (Morena), al asegurar que esa medida sería inviable.
«Realmente nos agarró por sorpresa, porque ayer la Presidenta Claudia Sheinbaum abría un espacio al diálogo y hoy a los ganaderos, que criamos a los toros y lo queremos tanto, no se nos consultó nada para estas propuestas totalmente inviables», dijo Alatorre Rivero, que preside 259 ganaderías nacionales.
El presidente de la Asociación de Criadores de Toros no quiso pronunciarse sobre la posibilidad de la lidia sin maltrato, pues dijo que no se trata de maltrato a los toros que para eso fueron criados, y agregó que seguirán insistiendo en que se abra un análisis más profundo del tema.
«De momento, vamos a insistir en pedir apertura al diálogo, nosotros siempre hemos sido pacíficos y hemos tratado de ser muy respetuosos en las opiniones y posteriormente agotar todas las instancias que podamos», indicó.
El abogado de la asociación civil Tauromaquia Mexicana también lamentó que el anuncio de este jueves no tomó en cuenta la opinión de los grupos taurinos, ni de los profesionales, ni de los aficionados, sino sólo la opinión de una de las partes, a la vez que calificó de sorpresivo luego de lo dicho por Sheinbaum ayer, que fue tomado como la salida a un debate.
«De quedar así (como lo planteó Brugada), se trata de una prohibición velada de la tauromaquia. Ese ‘espectáculo taurino libre de violencia’ nada tiene que ver con la corrida de toros moderna, cuyo rito se ha configurado hace 500 años en nuestro país», dijo Arias, por separado.
Sheinbaum reconoció ayer la importancia de la tauromaquia, como «una actividad cultural», por lo que planteó que se podría llegar a una posición intermedia entre quienes rechazan y aceptan el sacrificio de los toros, para asegurar además la crianza de los toros de lidia.
Esa medida fue aplaudida por Alatorre Rivero y Arias, aunque los dos rechazaron que el toro fuera «maltratado», ya que aseguraron que para eso es criado, y que de 120 mil cabezas sólo el 7 por ciento, con cuatro años, acaba en una plaza de toros, y el resto vive 10 años en zonas naturales bien cuidadas, mucho más que los 18 meses que en promedio vive el ganado de abasto.
Sin embargo, Brugada anunció hoy la prohibición y creó el «espectáculo taurino libre de violencia», con lo que se prohíbe además la muerte del toro dentro y fuera de la plaza y se ordena que deberá ser devuelto a su ganadería, algo que es imposible, a decir de los criadores de toros.
«Ahí es donde hay temas fitosanitarios y de movilidad casi imposible hacer. En el momento que el toro regrese a una ganadería, también todo el esquema de las ganaderías se ve totalmente afectado porque este toro sólo puede ser lidiado una vez, y en la ganadería ya para qué serviría si ya se tienen los sementales y los vientres y las vacas para producir todos los futuros», dijo el presidente de la ANCTL.
Arias, abogado y presidente también de la Fundación de Cultura Taurina Rodolfo Gaona, no respondió si estarían dispuestos a un espectáculo sin maltrato o si sería redituable, pero dijo que estarían dispuestos a discutir posibles modificaciones que conserven la «esencia» del espectáculo actual.
Federico Gamuza, mozo o monosabio que durante 47 años ha ayudado al picador las plazas de toros, rechazó que en México puedan realizarse corridas sin sangre, ya que afirma que un toro no puede lidiarse dos veces pues se vuelve más agresivo y si no les pican para que sangre les puede sobrevenir un infarto y de todos modos moriría.
«No son comprensibles (las corridas sin sangre), porque se acabaría el misticismo y de todas maneras lo tienen que sacrificar, porque un toro no se puede torear dos veces, porque se vuelve más peligroso. Además, si a los toros llegado el momento no sangran, les puede venir un infarto. En la Plaza de Toros México una vez había una becerra que se le estaba toreando y no se le picó ni nada. No sangró, pero le dio un infarto, ahí en la plaza y de eso murió. O sea, entonces es necesario el escape de sangre», agregó Gamuza, de 65 años e hijo de un torero.