Dos años de guerra han pulverizado el sistema educativo gazatí: el 60% de los niños y adolescentes no ha seguido ningún tipo de aprendizaje desde octubre de 2023, pese a clases improvisadas en refugios y cursos en línea ofrecidos por el Gobierno palestino, la ONU y ONG. Según UNRWA y la ONU, 518 de 564 escuelas (más del 91%)requieren reconstrucción y 432 han sido blanco directo de ataques; muchos planteles sirven hoy como albergues de desplazados, no como aulas.
Jóvenes voluntarios dan lecciones básicas en tiendas de campaña cerca de Nuseirat, mientras familias, con conectividad y electricidad intermitentes, intentan que sus hijos sigan contenidos online. “Mientras los niños sigan yendo a la escuela, aunque sea a una tienda, habrá menos riesgos de una generación perdida”, advirtió Juliette Touma(UNRWA), quien subrayó que nada reemplaza la socialización escolar.
Antes de la guerra, unos 300 mil niños asistían a escuelas de UNRWA y la tasa de analfabetismo en mayores de 15 años rondaba el 2% (UNESCO). Hoy, la ONU calcula al menos 18 mil estudiantes muertos, y el Ministerio de Educación palestino reporta que 26 mil jóvenes lograron examinarse del tawjihi a distancia, pero 71 mil no pudieron.
Las restricciones se extienden fuera de Gaza: UNRWA no abrió 10 escuelas en el norte de Cisjordania por operativos militares y seis planteles de Jerusalén Este fueron cerrados por Israel, dejando sin clases a unos 4,800 alumnos. Entre tanto, madres y padres piden más “puntos de aprendizaje” y conectividad estable para evitar que la brecha educativa se haga irreversible.