lunes, enero 20, 2025
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El miedo de volver: Migrantes mexicanos enfrentan la sombra de la deportación bajo Donald Trump

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  • El regreso forzado no es solo una cuestión de geografía, sino una ruptura emocional y social 

El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, a partir de este 20 de enero y su intención de endurecer las políticas migratorias, ha provocado que millones de migrantes mexicanos en Estados Unidos se sientan bajo la amenaza constante de deportación. 

La retórica de Trump, marcada por promesas de construir un muro fronterizo y reforzar las acciones de las agencias migratorias, ha provocado temor e incertidumbre en comunidades latinas, tal es el caso de potosinos que residen en el país del norte y que a través de este medio expresan su preocupación. 

El perfil del migrante mexicano en Estados Unidos

De acuerdo con datos del Pew Research Center, cerca de 11.5 millones de mexicanos residen en Estados Unidos, de los cuales más de la mitad se encuentran en situación irregular. Muchos de ellos trabajan en sectores esenciales como la agricultura, la construcción y los servicios, contribuyendo significativamente a la economía estadounidense. Sin embargo, su estatus migratorio los coloca en una posición vulnerable frente a las políticas más estrictas de control migratorio. En el caso de San Luis Potosí y según datos del Instituto de Migración y Enlace Internacional (IMEI) se estima que son solamente en el estado de Texas hay  más de 200 mil potosinas y potosinos que se encuentran ahí, sin embargo no son datos oficiales ya que la mayoría de la comunidad migrantes están de manera irregular. 

El retorno forzado: Una realidad compleja

En su primer mandato, Trump supervisó un incremento significativo en las deportaciones, con un enfoque particular en personas con antecedentes penales, aunque miles de migrantes sin historial delictivo también fueron expulsados. Este escenario podría repetirse ahora, afectando especialmente a familias con miembros nacidos en Estados Unidos.

María Hernández, una madre mexicana de tres hijos nacidos en Texas, comparte su temor:

«Mis hijos son ciudadanos, pero yo no tengo papeles. No sé qué pasará con ellos si me deportan. Aquí tengo mi vida, mi trabajo, mi hogar. México es mi país, pero ya no tengo nada allá».

En caso contrario, Alfredo A. Orozco quien es potosino, pero lleva viviendo en Chicago 20 años, señala que no le preocupan las amenazas: “Hay que esperar a que Donald Trump entre en funciones, como cualquier político en campaña promete cosas que tal vez no cumplirá, no es fácil hacer deportaciones masivas por diferentes razones, primero no tienen suficiente personal, se necesita presupuesto extra para llevarlo a cabo y no todos los estados cooperarían”.

Alfredo recientemente contrajo matrimonio con una ciudadana estadounidense, ha decidido formar un hogar y aunque tiene deseos de regresar a México aún no ha concretado sus planes, pero espera que no sea por una deportación masiva como se les amenaza. “Por ahora estamos bien, mientras se cumpla con el trabajo y pues muy importante no tener problemas con la policía así evitamos muchos problemas”. 

Vicente Rodríguez también es potosino, trabaja en el sector de la construcción concretamente se especializó en la colocación de pisos, él lleva 22 años viviendo en Estados Unidos y 15 años sin regresar a la Capital:“Vivo en Houston y creo que nos afectaría mucho si llegaran a deportarnos ahora con la entrada del nuevo presidente, tanto financieramente como, aún más, emocionalmente, ya que tenemos una vida hecha con hijos aquí en Estados Unidos. Sería un cambio drástico para los niños, al igual que para muchos otros hijos o parejas que se separarían en ese caso.

Hay muchos niños que aún dependen de sus padres y son demasiado pequeños para ser separados de su mamá o papá. Es muy triste escuchar que muchas familias serán divididas por las deportaciones, cuando lo único que buscan es dar una mejor vida a sus seres queridos”.

¿Sabes algo? En el fondo, muy en el fondo, me gustaría que me regresaran porque me falta valor para irme por mi cuenta. Pienso en mis niños, en que les cambiaría toda su forma de vivir. Pero aún están chicos y creo que podrían acostumbrarse a vivir allá. Aunque no me lo creas, siempre he aprovechado estar acá, y creo que estaría bien allá también”.

La narrativa hostil y los derechos humanos

Sobre este tema, el Dr. Guillermo Luévano Bustamante, coordinador de la Maestría en Derechos Humanos de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) y responsable de la Clínica de Litigio Estratégico en Derechos Humanos, ha analizado el impacto de la posible reelección de Donald Trump en los migrantes mexicanos que residen en Estados Unidos.

Según el Dr. Luévano, la narrativa utilizada por Trump valida discursos racistas y xenófobos que, aunque no siempre derivan en deportaciones masivas, sí colocan a los migrantes en una posición de extrema vulnerabilidad.

«El discurso antimigrante desde el poder público legitima actitudes racistas y hostiles que exponen a los migrantes al hostigamiento, al escarnio público e incluso a agresiones. Esto no solo afecta su dignidad, sino que los obliga a buscar la clandestinidad para evitar contacto con las autoridades y el riesgo de deportación,» explicó.

Separación de familias: una práctica cruel

Recordó que uno de los episodios más controvertidos de la administración Trump fue la separación de familias en estaciones migratorias.

«Estas prácticas son sumamente crueles, especialmente para los niños, quienes enfrentan un trauma severo al ser separados de sus familias. Además, las familias completas ven vulnerados sus derechos elementales, incluyendo el acceso a la justicia y a condiciones dignas en los centros de detención», detalló el especialista.

El Dr. Luévano también señaló que el sistema migratorio estadounidense está diseñado de manera diferente al mexicano, lo que complica la situación de los migrantes. En Estados Unidos, el ingreso irregular es considerado un delito, lo que conlleva sanciones legales y dificulta futuras regularizaciones.

«En muchas ocasiones, el sistema estadounidense depende de procesos judiciales, y si los migrantes no cuentan con asesoría legal adecuada, enfrentan mayores probabilidades de deportación o sanciones que los empujan aún más a la clandestinidad». añadió.

México: ¿preparado para una posible deportación masiva?

El reto para México sería enorme si se llegara a concretar una deportación masiva. Aunque es poco probable que ocurra en la magnitud que Trump ha sugerido, el país no cuenta con un referente reciente para medir el impacto que una situación así tendría en la economía y en las políticas públicas.

«El principal reto para México sería garantizar empleo y una integración sociolaboral efectiva para los repatriados. Históricamente, las oleadas de deportación masiva en México han ocurrido en contextos muy diferentes, y no tenemos un sistema sólido para atender este tipo de situaciones a gran escala,» advirtió el Dr. Luévano.

Asimismo, y sobre las múltiples violaciones a los derechos humanos de migrantes, dijo que la narrativa hostil afecta directamente la dignidad humana. Además, al ser empujados a la clandestinidad, los migrantes pierden acceso a servicios esenciales como salud, educación y justicia. “Por temor a ser deportados, evitan acudir a instancias legales incluso cuando son víctimas de delitos», señaló.

Aunque las deportaciones masivas puedan no materializarse, el impacto del discurso antimigrante es real y profundo. La narrativa no solo desincentiva la migración, sino que también precariza la vida de quienes ya residen en Estados Unidos.
«El riesgo de estigmatización y exclusión social aumenta, condenando a los migrantes a vivir en condiciones de vulnerabilidad extrema. Esto no solo es perjudicial para ellos, sino también para ambas economías y sociedades,» concluyó el Dr. Luévano.

Estrategias para resistir

Organizaciones de derechos civiles y grupos comunitarios han intensificado sus esfuerzos para informar a los migrantes sobre sus derechos en caso de enfrentarse a una redada o proceso de deportación. Además, se han establecido “redes de santuarios” en iglesias y comunidades dispuestas a proteger a quienes corren el riesgo de ser expulsados.

Luis Ávila, director de una organización sin fines de lucro en California, explica:

«Estamos ayudando a los migrantes a elaborar planes de emergencia. Les damos talleres sobre cómo actuar si llegan agentes de ICE y los conectamos con abogados que puedan defenderlos».

El impacto en México: un país que debe prepararse

En caso de una oleada masiva de deportaciones, México enfrentará un desafío importante para reintegrar a los deportados en su economía y sociedad. Muchos de ellos no tienen conexiones ni recursos en el país, lo que podría incrementar la desigualdad y la pobreza en regiones de origen de los migrantes.

Analistas advierten que México necesita implementar políticas públicas sólidas para recibir a los repatriados. Esto incluye desde la creación de programas de empleo hasta el acceso a vivienda y educación, especialmente para niños y jóvenes que llegarían con un sistema educativo distinto.

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