El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum ha lanzado su Estrategia Nacional de Seguridad, un proyecto ambicioso que busca atacar los problemas más profundos de la violencia en el país y mejorar las instituciones encargadas de la seguridad y la justicia. La propuesta pretende abarcar desde la atención a las causas sociales de la criminalidad hasta el fortalecimiento de las capacidades de inteligencia y el trabajo coordinado entre los tres niveles de gobierno.
La estrategia presenta un enfoque renovado y preventivo, con pilares centrados en la inteligencia, la coordinación interinstitucional y la mejora de las capacidades locales. Sin embargo, expertos y opositores coinciden en que su éxito dependerá de la ejecución en cada entidad y de la evaluación continua de sus resultados
Los ejes principales de la estrategia
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, explicó que la estrategia se construye en torno a cuatro pilares: Atención a las causas sociales de la violencia; Consolidación de la Guardia Nacional; Fortalecimiento de la inteligencia y la investigación criminal; y Consolidación del Gabinete de Seguridad en coordinación con los estados.
Delitos prioritarios a enfrentar: cobro de piso, extorsión y homicidios dolosos
Según Francisco J. Salazar Soni, consultor en seguridad y catedrático de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, los tres delitos más urgentes que deben ser atacados son el cobro de piso, la extorsión y los homicidios dolosos. Estos delitos no solo afectan gravemente a la economía y a la población, sino que también contribuyen a la descomposición social en varias regiones del país.
«El cobro de piso y la extorsión son fenómenos que están controlando a pequeños y medianos empresarios en todo el país, actuando como gobiernos alternos. Si no combatimos estos delitos de forma eficaz, será difícil restablecer el orden», afirma Salazar Soni.
Además, el experto señala que el homicidio doloso sigue siendo uno de los indicadores más preocupantes en la crisis de seguridad que enfrenta México. El desafío no solo es disminuir las tasas de homicidio, sino también garantizar que los culpables sean llevados ante la justicia mediante investigaciones sólidas y bien fundamentadas.
Fortalecimiento de la inteligencia y coordinación
Uno de los aspectos más destacados del plan de Sheinbaum es la consolidación del Sistema Nacional de Inteligencia, que centralizará y coordinará la información de las 32 entidades federativas y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Este sistema buscará integrar información no solo de las instituciones, sino también de la sociedad civil, promoviendo las denuncias anónimas.
«El fortalecimiento de la inteligencia y el uso adecuado de la información es vital. No solo se trata de detener a los criminales, sino de construir casos sólidos que permitan vinculaciones a proceso y sentencias efectivas», explicó Salazar Soni.
Además, la propuesta incluye la creación de una Subsecretaría de Inteligencia e Investigación Policial, lo que podría marcar un cambio importante en la forma de abordar la criminalidad en México. Este enfoque permitiría a las fuerzas de seguridad analizar de manera más efectiva la información obtenida en el campo, generando estrategias más focalizadas contra las redes criminales.
El papel de la Guardia Nacional y la capacitación policial
Otra pieza clave de la estrategia es la consolidación de la Guardia Nacional bajo el mando de la Secretaría de la Defensa Nacional. Aunque esta fuerza ya cuenta con una presencia territorial significativa, Salazar Soni subraya que el verdadero cambio deberá darse desde lo local. «Los gobiernos municipales y estatales deben asumir su responsabilidad en materia de seguridad, no pueden depender exclusivamente de la Guardia Nacional», mencionó el especialista.
Para mejorar la formación y profesionalización de las fuerzas del orden, se propone la creación de una Academia Nacional de Seguridad Pública, que establecería programas de capacitación bajo estándares nacionales para policías locales y federales.
Además, hizo énfasis en la necesidad de mejorar la coordinación entre los tres niveles de gobierno (federal, estatal y municipal), uno de los mayores retos históricos en la implementación de estrategias de seguridad. «Cada administración trae su propia visión de cómo combatir la criminalidad, pero si no hay coordinación, no se lograrán avances significativos. La seguridad es responsabilidad de todos, y es necesario que cada quien cumpla con su parte», afirmó el especialista
Una perspectiva preventiva y social
Por su parte, la doctora Carla Monroy Ojeda, criminóloga y profesora investigadora de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, considera que uno de los aspectos más interesantes del plan es su enfoque preventivo. Según Monroy Ojeda, la propuesta busca no solo atacar los delitos de manera reactiva, sino también prevenirlos mediante la atención a las causas sociales subyacentes, como la pobreza y la falta de oportunidades.
«Es interesante que se proponga reforzar los programas sociales. Esto marca un alejamiento de políticas pasadas, como la guerra contra el narcotráfico de Felipe Calderón, que, en lugar de disminuir la violencia, la incrementaron», señaló la criminóloga.
No obstante, Monroy Ojeda advierte que, aunque el enfoque preventivo es importante, debe haber una respuesta contundente cuando sea necesario. «La prevención es fundamental, pero cuando los niveles de violencia son altos, la intervención directa se vuelve crucial», explicó.
Críticas y comentarios de la oposición
Desde la oposición, el plan ha recibido tanto elogios como críticas. El senador Clemente Castañeda, de Movimiento Ciudadano, reconoció la importancia del fortalecimiento de la inteligencia, pero criticó la falta de atención al fortalecimiento de las policías locales. «Mientras no se fortalezcan las fuerzas policiales en las entidades federativas, será difícil avanzar en seguridad», señaló.
Por otro lado, el presidente del PAN, Marko Cortés, enfatizó la necesidad de mayor apoyo económico para las policías municipales y estatales, así como la tipificación del «narcoterrorismo» para mejorar la cooperación internacional.
Finalmente, Alejandro Moreno, dirigente del PRI, destacó que la estrategia es un buen primer paso, pero que los resultados aún están por verse, especialmente considerando el creciente número de homicidios.