- “Vamos a votar sin saber por quién”, Integralia alerta sobre improvisación en la elección judicia
A pocos días de que millones de mexicanos acudan a las urnas para elegir por primera vez a jueces y magistrados mediante voto popular, el panorama es incierto y preocupante. Marina Reyes Roldán, gerente de riesgo político en Integralia Consultores, advierte que esta elección judicial —la más restrictiva, compleja y desinformada en la historia reciente—
Señaló que la elección representa una amenaza real para la imparcialidad del Poder Judicial.Una de las principales preocupaciones de Integralia es que, al someter a votación popular los cargos judiciales, los futuros jueces podrían llegar comprometidos con intereses ajenos a la justicia.
¿Qué podemos esperar de la elección judicial a unos días de que se lleve a cabo?
Faltan solo unos días para que se lleve a cabo la elección, con una campaña que ha sido más corta de lo que estábamos acostumbrados. Lo que esperamos ver en estos últimos días que restan para la elección es una campaña con irregularidades electorales. Es decir, los candidatos y candidatas van a continuar violando la ley, porque ya lo han estado haciendo.
Esta elección es la más restrictiva que hemos tenido, porque los candidatos y candidatas pueden hacer muy pocas cosas. Y esto se deriva de la reforma constitucional del año pasado, que impuso muchas restricciones, principalmente en el tema del financiamiento. En esta ocasión no hubo financiamiento público ni privado; solamente existió una figura denominada “gastos personales”, es decir, los candidatos y candidatas solo podían gastar lo que tuvieran en su bolsillo.
Esto ha generado dudas, porque en los últimos días, por ejemplo, hemos visto demasiados carteles pegados a lo largo del país de distintos candidatos, y eso nos lleva a preguntarnos con qué dinero se están imprimiendo todos esos carteles y con qué recursos se está pagando a las personas que los están colocando. Sin duda, resulta cuestionable que todo eso pueda ser cubierto únicamente con el patrimonio personal de un candidato, sobre todo porque existen muchos otros gastos en campaña.
Eso es lo que prevemos para el resto de la campaña, y también esperamos una autoridad electoral rebasada. Y no porque estén cometiendo algún tipo de fraude, sino porque tienen tantas tareas que realizar en tan poco tiempo y sin presupuesto, que al final tienen muy pocas oportunidades de llevar a cabo una fiscalización eficaz para revisar a todos los candidatos, que en esta ocasión son muchísimos.
Una de las preocupaciones que existe es el hecho de que mucha gente desconoce el propósito de esta elección y no conoce a sus candidatos. ¿Cuál es tu punto de vista sobre esto?
Lo que nosotros estamos viendo —y el principal riesgo que desde Integral advertimos— es que, al elegir a los jueces por voto popular, de alguna manera ellos van a deberle algo a alguien. Ya sea porque su campaña fue financiada de manera irregular o porque hicieron promesas durante la campaña. Es decir, que digan cosas como: «Ah, pues yo te voy a ayudar a resolver tal asunto», o «Cuando yo llegue, voy a juzgar en este sentido». Y eso implica que ya no habrá imparcialidad en las personas juzgadoras. Ese es el principal reto que advertimos al llevar a cabo una elección judicial.
Por eso, hasta el año pasado, nosotros no elegíamos a nuestros jueces, precisamente como una forma de blindarlos, de evitar que tuvieran que responder a alguien. Insisto: pueden ser muchas personas, con distintos intereses —algunos incluso fuera de la ley, otros no—, pero sin duda ahora va a cambiar la lógica con la que actúan las personas juzgadoras.
Ese es, para nosotros, el principal reto que vemos, o la consecuencia más dañina para nuestro sistema judicial y también para el sistema de frenos y contrapesos en el país.
¿El mayor reto es vencer el abstencionismo?
En Integralia pensamos que va a ser una jornada electoral muy desangelada. Salió una encuesta que decía que solamente el 42 % de las personas están interesadas en la elección. Eso es muy, muy poco. Nosotros estamos estimando una participación ciudadana de alrededor del 10 %, lo cual es bajísimo. Y de ese 10 %, estimamos que la mayoría será resultado de movilización electoral. Es decir, muy pocas personas irán orgánicamente a emitir su voto.
También hay que mencionar que en esta elección va a haber muchos cambios. Habrá cambios en las casillas, va a haber menos casillas y, en esta ocasión, se usará una urna única. El INE está estimando que votar podría tomar hasta 10 minutos por persona. En este momento, el INE se está enfocando en crear campañas de información, sobre todo en medios digitales, pero también en radio y televisión, precisamente para tratar de disminuir eso que tú mencionas, que ellos también ven como un riesgo: que la gente no sabe que vamos a ir a las urnas el 1 de junio, no sabe qué es lo que se va a votar, y no sabe cómo votar.
Esta es una elección muy complicada. En esta ocasión, a nivel federal nos van a dar seis boletas, y de ahí tendremos que elegir entre dos listas por cada una —entre hombres y mujeres— cierto número de cargos, y escribirlos en la parte superior. Esta es una forma completamente nueva de votar, a la que no estamos acostumbrados. Por eso, el tiempo que pasaremos en la casilla será mayor al que normalmente estamos acostumbrados.
Los resultados también van a fluir de una manera diferente. En una elección regular estamos acostumbrados a que haya conteos rápidos. En esta ocasión no los habrá. Tampoco habrá PREP, y los cómputos distritales comenzarán la misma noche del 1 de junio. Podremos empezar a ver resultados preliminares la noche del 2 de junio, específicamente para la Corte. Para el resto de los cargos, la información va a fluir mucho más lentamente.
¿Hay riesgo de que la gente salga a votar por azar?
Pues mira, sí implica que muchas personas van a elegir completamente al azar, y eso va a generar un Poder Judicial sobre el cual no tenemos certeza de cómo va a juzgar.
Algo positivo que nosotros, en Integralia, estamos viendo de todo esto es que muchas personas candidatas están actualmente en funciones. Es decir, que sí tienen una carrera judicial, y si estas personas resultan electas, podrían dar seguimiento al trabajo que ya han llevado a cabo.
Sin embargo, el INE ha insistido mucho en hacer un llamado a la ciudadanía para que se informe. Lanzó una plataforma en la que todos y todas podemos consultar los perfiles de las personas candidatas. No obstante, otra vez, es muy complicado que como ciudadanía podamos entender cómo funciona el Poder Judicial en solo 15 días, y que además podamos informarnos adecuadamente sobre todos los perfiles que vamos a elegir.
Esto representa un reto tanto para el Poder Judicial como para la democracia mexicana y para el país en general, porque no tenemos certeza de quiénes serán las personas que ocupen esos cargos de decisión.
Incluso, actualmente hay un tema preocupante: a muchas personas se les filtraron en el Senado. En esta ocasión fue el Senado quien se encargó de la selección de candidaturas, algo que no ocurre en una elección normal. Y hay ciertas personas que enfrentan acusaciones, lo cual es alarmante. En Integralia esto nos preocupa muchísimo, sobre todo por el futuro del Poder Judicial en nuestro país.
¿Qué riesgos hay de que lleguen al poder personas que no cumplen con los requisitos que originalmente se establecieron?
Eso es muy riesgoso, porque en principio están violando varias leyes —la Constitución, para empezar. Lo que va a pasar ahora es que, de acuerdo con nuestras leyes electorales, el INE no puede bajarlas [de la contienda], e incluso el Senado ya se ha pronunciado en contra del INE. Pero hay que entender que el INE no puede hacerlo.
La ruta que seguiría es que, si estas personas que están acusadas ganan la elección, el Tribunal tendría que ser quien se pronuncie sobre si se les entrega o no el triunfo. Entonces, se puede decir que todavía hay un tramo largo por recorrer en estos casos específicos. Sin embargo, si ganan y se les entregan los triunfos, sin duda es un foco rojo. Tenemos que mantenernos alertas en temas de comunicación, desde la ciudadanía, las organizaciones de la sociedad civil, etc., porque representa un peligro que las personas encargadas de emitir sentencias estén acusadas de cometer delitos. Y me parece que aquí no hay debate sobre este tema.
¿Consideras que esta primera votación servirá como prueba para corregir los errores?
Más que un ensayo y error —porque esta elección ya es un hecho, aunque muchas personas todavía piensan que puede frenarse—, sin duda lo que tiene que suceder es que, después de esta elección, vengan reformas electorales, porque ha habido demasiadas complicaciones. El INE ha tenido que tomar muchas decisiones que no le correspondían, que en realidad eran responsabilidad del Poder Legislativo, y que este no asumió.
Entonces, si nuestros legisladores y legisladoras están realmente interesados en que continúen estas elecciones judiciales, sin duda tendrán que hacer cambios. La presidenta ya ha anunciado que este año habrá una reforma electoral después de la elección judicial, así que es posible que ahí veamos finalmente estos ajustes necesarios.