La senadora del PAN pidió en Fox News “apoyo” del Gobierno de Trump contra el crimen organizado y desató acusaciones de “traición a la patria” desde Morena. Sheinbaum rechazó que representantes “vayan al exterior a pedir apoyo” y PAN y PRI cerraron filas con la legisladora.
La apuesta de Lilly Téllez por internacionalizar la confronta política reconfiguró el tablero. En entrevista con Fox News (principal cadena conservadora en Estados Unidos), la senadora solicitó “apoyo” del Gobierno de Donald Trump para combatir a los cárteles y acusó que el Gobierno mexicano “protege” al crimen organizado. El partido en el poder respondió con dureza y la calificó de “traidora a la patria”, mientras que PAN y PRI salieron a respaldarla y aprovecharon el ruido mediático para cohesionar oposición.
Desde Palacio Nacional, Claudia Sheinbaum fijó postura: las disputas “se resuelven en México” y su Gobierno no pedirá el desafuero de la legisladora (una posibilidad que flotó el fin de semana). La presidenta insistió en que no corresponde ir al exterior a solicitar apoyo y marcó distancia de una escalada que, en su narrativa, victimizaría sin necesidad a Téllez.
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El episodio funciona como oxígeno para la oposición (hoy con poco margen en el Legislativo). Analistas apuntan que Téllez capitaliza la polarización y aglutina a la derecha tradicional y a la ultra en el camino hacia 2030. En redes, la senadora alimentó los paralelismos con figuras como María Corina Machado y el propio Trump, y replicó el encuadre de “México narcoestado” (alineado con la retórica intervencionista de Washington y con la cruzada contra el fentanilo).
Morena, por su parte, exhibe doble reacción: descalifica los dichos de Téllez y a la vez evita empujar medidas que le den estatus de perseguida. En el calendario inmediato, el oficialismo busca blindar la relación bilateral frente a los amagos de nuevos aranceles y a la orden ejecutiva de Trump que habilita acciones contra cárteles fuera de EE UU (México ha descartado una intervención militar en su territorio).
El resultado, por ahora, es una brecha renovada: se agotó la foto de unidad que en otras coyunturas permitió a Gobierno y oposición envolverse en la bandera ante bravuconadas del vecino del norte. Téllez obtuvo respuesta presidencial (la meta de cualquier provocación eficaz). Si ese impulso se transforma en liderazgo opositor duradero o se diluye en el siguiente ciclo de noticias, lo dirán las urnas y la calle.