La Casa Hogar del Migrante en San Luis Potosí enfrenta serias limitaciones para atender un posible retorno masivo de migrantes deportados desde Estados Unidos, ante las posibles consecuencias de una política migratoria más estricta, como la mencionada en el discurso inaugural de Donald Trump al asumir la presidencia.
En entrevista, el padre Marco Antonio Luna, director del albergue, subrayó que la capacidad actual del centro es insuficiente para hacer frente a un incremento en el flujo de migrantes que podrían ser deportados en masa. Según explicó, el albergue tiene una capacidad máxima de 220 personas, aunque en ocasiones ha tenido que albergar hasta 400, lo que provoca situaciones de hacinamiento.
“Cuando el número supera las 200 personas, ya estamos en una situación de sobrecupo; al llegar a 400, se trata de un verdadero hacinamiento”, indicó el sacerdote, quien añadió que en estos casos se han tenido que habilitar espacios como pasillos, canchas y salones, lo que dificulta considerablemente la atención a los migrantes.
El padre Marco Antonio señaló que el futuro de las políticas migratorias de Estados Unidos es incierto y que, dependiendo de las decisiones que tome el gobierno estadounidense, la Casa Hogar podría enfrentarse a desafíos logísticos y operativos importantes. “Es un tema muy complicado, porque las medidas de deportación masiva no solo afectan a los migrantes en retorno, sino también a aquellos que siguen intentando alcanzar el sueño americano”, afirmó.
Aunque en la actualidad el número de migrantes en retorno que ha recibido el albergue no es elevado, esta situación podría cambiar rápidamente si las políticas migratorias de Estados Unidos se endurecen. Además, advirtió que el flujo de migrantes que intentan cruzar hacia el norte podría aumentar, lo que incrementaría la presión sobre los recursos del albergue.
El sacerdote destacó que, aunque la Casa Hogar del Migrante juega un papel fundamental en la atención a personas en tránsito y en retorno, sus recursos limitados, tanto en infraestructura como en alimentación, atención médica y alojamiento, podrían resultar insuficientes ante una crisis migratoria de mayor magnitud. Por ello, subrayó la urgencia de contar con apoyo adicional y estrategias coordinadas para afrontar las posibles consecuencias de los cambios en las políticas migratorias de Estados Unidos.