El alcalde de San Luis Potosí, Enrique Galindo Ceballos, urgió a que el ajuste de tarifas de agua potable vaya, como mínimo, al ritmo de la inflación. Señaló que el incremento autorizado —“poco más del 3%”— queda por debajo del 5.5% estimado, lo que “erosiona la operación” de los organismos, limita mantenimiento de la red y presiona el pago de energía eléctrica de los pozos.
“Si la inflación es 5.5% y solo se autoriza 3%, alguien absorbe esa diferencia. No hay subsidio al agua”, afirmó. Advirtió que mantener precios por debajo del costo real genera déficits que impiden invertir en infraestructura y calidad del servicio: “Si te rebasa la inflación y te quedas abajo, perdemos capacidad de tener una buena red”.
Galindo pidió que el Congreso del Estado abra el debate para revisar si los ajustes reflejan las condiciones del servicio: “Ni siquiera pedimos subir al costo real, pero sí al factor inflacionario para no seguir rezagándonos”.
Como referencia, citó entidades como Querétaro, Guanajuato, Aguascalientes y Coahuila, donde —dijo— se actualizan tarifas conforme a la realidad económica, lo que permite sostener la calidad que la ciudadanía espera.






