El ex líder del Cártel del Golfo (CDG) y fundador de Los Zetas, Osiel Cárdenas, dejó ayer por la mañana la prisión de alta seguridad de Terra Haute, en Indiana, en la que estuvo internado por 14 años.
Sin embargo, aunque ya cumplió su condena, el capo tamaulipeco de 57 años seguirá en Estados Unidos, ahora bajo custodia de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), como marca el procedimiento legal durante las 72 horas posteriores a la excarcelación.
De acuerdo con fuentes de la Corte del Distrito Sur de Texas, donde se llevó el caso de Cárdenas tras su extradición de México en el 2007, el ex jefe criminal estará por tiempo indefinido en manos del ICE, en tanto no se defina su situación.
Cárdenas podría permanecer en Estados Unidos bajo la figura de libertad supervisada o podría acogerse al programa de testigos protegidos en territorio estadounidense, donde el capo cuenta con familiares, entre ellos su esposa y sus hijos.
Otra posibilidad es que sea deportado a México, donde tiene procesos abiertos por delitos contra la salud en su modalidad de narcotráfico y delincuencia organizada.
«No existe un tiempo definido para resolver esto, podría tardar días o semanas», indicó una de las fuentes.
La ficha de la Agencia Federal de Prisiones (BOP) estadounidense reportó ayer la fecha de libertad del capo como desconocida, luego de que el jueves estableció que era el 30 de agosto.
Cárdenas, famoso por su violencia y apodado «El Mata Amigos» por traicionar a socios para tomar el control del CDG después de la captura en Nuevo León de Juan García Ábrego, fue detenido en un operativo militar el 14 de marzo del 2003 en Matamoros, su ciudad natal y bastión de su cártel.
Cuatro años después, en los que estuvo detenido en el Penal del Altiplano, el líder criminal fue extraditado a Estados Unidos, donde se le requería por delitos de narcotráfico, lavado de dinero y amenazas contra agentes federales estadounidenses.
Aunque en 2010 fue sentenciado a 25 años, en la Corte del Distrito Sur de Texas, quedó libre antes tras un trato con los fiscales para declararse culpable, lo que le permitió reducir su tiempo en prisión por buen comportamiento y tomársele en cuenta su periodo detenido en México.
Así, la pena empezó a contarse desde el 8 de enero del 2004, cuando el narcotraficante fue notificado en su juicio de extradición de la orden de captura librada en su contra por la Corte Federal del Distrito Sur de Texas.
Si el acuerdo que hizo con los fiscales -que se encuentra en un sobre sellado- lo contempla, el capo podría quedar libre en Estados Unidos y ser un colaborador de las autoridades de ese país, al igual que otros narcos mexicanos.
Sobre la posibilidad de que Cárdenas pueda cumplir 5 años de libertad bajo supervisión, esta opción es altamente probable porque no es ciudadano estadounidense, lo que abre la puerta para la deportación.
En México dejó cuatro procesos penales sin sentencia por delitos contra la salud y delincuencia organizada. En caso de que sea deportado, estos juicios serán reanudados.
Con información de Abel Barajas y Víctor Fuentes