En Hereje, el actor Hugh Grant, ese hombre encantador de comedias románticas como Un Lugar Llamado Notting Hill y Cuatro Bodas y Un Funeral, encarna a la pesadilla a la que se enfrentan dos misioneras mormonas.
«Creo que es parte de la diversión de la profesión y supongo que ésta es mi venganza a todos esos personajes (de las comedias). Me encantó hacer esto», dijo el actor británico en entrevista.
La película de terror psicológico, que se estrena en cines este jueves, presenta a la Hermana Barnes (Sophie Thatcher) y a la Hermana Paxton (Chloe East).
Las religiosas llaman a la puerta del Señor Reed (Grant) sin esperar que detrás encontrarán el escenario más perturbador de sus vidas… según imaginaron los directores y escritores Scott Beck y Bryan Woods (Un Lugar Tranquilo).
«Él (Reed) no puede ver lo enfermo que es y eso fue lo que me atrajo muchísimo».
Hugh Grant,
actor
Hombre solitario y diabólico, Reed ve en las misioneras una oportunidad para responder sus cuestionamientos sobre la fe, mientas las tortura y las obliga a probar sus propios predicamentos y creencias.
«Él (Reed) al menos piensa que es divertido, él piensa que todo es un gran juego y que está haciendo bromas y que las chicas van a estar fascinadas por lo que dice», explicó Grant.
De 64 años, el intérprete tuvo con este papel su regreso al cine de miedo después de casi 40 años, cuando incursionó en la cinta La Guarida del Gusano Blanco, de Ken Russell.
«Yo improvisaba mucho en varias escenas, me gusta hacer eso, a veces bromeo con cosas en el margen de mi guion.
«Luego, después de haber hecho unas cuantas tomas exactamente como están escritas, simplemente introduzco cosas para ver si consigo algún tipo de risa en el monitor donde los directores están mirando o en los otros actores. Es bastante agradable jugar un poco con tus compañeros», relató Hugh Grant sobre su proceso.
Barnes y Paxton intentan escapar con vida, pero la realidad de la situación las alcanza mientras determinan que quizá no son las únicas que han intentado probar su religión y salir victoriosas de aquel sótano.
Criadas en familias mormonas en la vida real, las actrices que las encarnaron tuvieron que rodar en orden cronológico, lo que incrementó el miedo, explicó Thatcher.
«Nos dábamos cuenta de que la situación se estaba volviendo más oscura, de que posiblemente no había escape, así que creo que eso ayudó a la narrativa y cómo íbamos averiguando nuestras emociones. Los directores nos explicaban estas historias de fondo y creo que fue muy útil, siempre se sentía muy colaborativo, nos sentíamos muy apoyadas siempre», dijo.
«(Pero) no podíamos tener miedo todo el tiempo. Teníamos noches de karaoke, íbamos al centro comercial y paseábamos sin comprar nada. Fue muy divertido y nos sentimos muy protegidas», remató East.
Su otra cinta de miedo
La anterior experiencia de Hugh Grant con el género del terror fue La Guarida del Gusano Blanco, de 1988, donde Ken Russell adaptó libremente la novela homónima de Bram Stoker.