Fernanda y Alex vivieron la experiencia de ser funcionarios de casilla y los dejó más que satisfechos
El Instituto Nacional Electoral (INE) designó a 1 millón 532 mil 358 cargos para funcionarios de casillas para la elección de este 2 de junio, integrados por un presidente, dos secretarios, tres escrutadores y tres suplentes generales, lo que representó un orgullo para muchos de los ciudadanos que participaron en el proceso.
De acuerdo con el Manual para Funcionarios de Casilla 2024 del INE, a las 7:30, hora local, del día de la elección, el secretario, dos escrutadores y los suplentes se debieron presentan a la casilla ante el presidente de la misma con su credencial para votar.
- Presidente de casilla: recibe la documentación y los materiales electorales para verificar que estén completos; también se encarga de contar las boletas, guardarlas, cerrarlas en el paquete designado y firmar el recibo correspondiente.
- Secretario: llena el apartado de «Instalación de la Casilla» en el acta de votación, cuenta una por una las boletas recibidas y registra los resultados.
- Escrutador: se encargan de instalar los canceles (donde la gente vota) y las urnas de manera que estas no queden cerca de otras para evitar que se depositen por error los votos.
- Suplentes generales: deben estar en la casilla antes de la instalación de canceles y urnas por si deben asumir un cargo en la mesa directiva de casilla, esto en caso de que alguno de los miembros asignados inicialmente no se presente.
Y así fue el testimonio de Fernanda y Alex.
«Estuvimos donde teníamos que estar, llegamos a la hora que teníamos que llegar, hicimos lo que teníamos que hacer, nos fuimos a la hora que nos teníamos que ir», platica Alex Castro.
Para ella, ser funcionario de casilla ha sido una de las experiencias más gratificantes.
“Fuimos desinteresados por el gusto de participar activamente en el proceso democrático que suponen unas elecciones, nos encontramos con vecinos y personas que amablemente nos agradecian por estar ahí y nosotros les pedíamos disculpas por el tiempo que aguantaron bajo el sol”.
«Hacer frente a una elección federal y concurrente, como la que se vivió el pasado domingo 2 de junio, requiere de mucha paciencia y mucho carácter, máxime si se trata de ser funcionaria de casilla».
Una de las principales problemáticas a las que se enfrenta la comunidad votante en México, es a la apertura tardía de casillas electorales. Y es que éstas deben abrir a las 8:00 en punto de la mañana, pero, para que ello ocurra, quienes fungen como funcionarios de casilla deben arrancar, en consecuencia, a las 06:00 horas
«El trabajo no es sencillo: preparar toda la papelería, montar las seis urnas, armar mamparas y tener a todos los funcionarios listos», detalla.
Fue el caso de la casilla 2221 ubicada en la alcaldía Iztapalapa, en donde quedó en evidencia que el entrenamiento que da el Capacitador Asistente Electoral (CAE), del Instituto Nacional Electoral (INE), no es suficiente, toda vez se trata de un curso de cuatro horas en donde, lo que menos se enseña, es a enfrentar a una turba de vecinos desesperados por comenzar a votar.
La presidenta de esta casilla ubicada en la colonia Renovación, alcaldía Iztapalapa, es apenas una joven de 22 años y es la encargada de dar las indicaciones para que el trabajo lo más rápido y mejor posible.
«Mi trabajo es el de primer secretaria, la persona encargada de llenar el acta de la jornada electoral y la de clausura; conformar una hoja de incidentes y un acta de escrutinio por cada elección federal».
Desde las 07:00 horas de ese 2 de junio de 2024, comenzó a formarse la gente para poder ejercer su derecho al voto en lo que fue la elección más grande de México, por el número de cargos a elegir: poco más de 20 mil.
Sin embargo, el primer obstáculo fue enfrentarnos a la falta de funcionarios de casilla, lo que obligó al equipo a comenzar a montar la infraestructura electoral a partir de las 08:00 horas y concluir cinco minutos antes de las nueve de la mañana.
El calor y la desesperación comenzó a apoderarse quienes ya estaban ávidos de votar y la rechifla y reclamos comenzaron.
Pasan 50 personas y eres autómata
Para Alex Castro también fue toda una experiencia ser funcionario de casilla este 2 de junio. Destaca que muchos adultos mayores votando, una persona fue en ambulancia a ejercer su derecho, un joven mesero que pidió permiso para salir de su trabajo, aunque sus amigos le insistían que no tenía sentido ir a formarse, una persona que recientemente había perdido la vista, chicos que era su primera vez en una elección y se les notaba nerviosos pero contentos, muchos niños acompañando a sus mamás y papás sonrientes de que les pintáramos su dedito y lo que pude observar es que más mujeres que hombres al menos en mi casilla, honrando la lucha de sus antepasadas.
Fernanda reconoce que después de sellar en la lista nominal a 50 personas, las manos se mueven automáticamente. Las caras dejan de ser individuales y todos los rostros dentro de la 2221 compartieron un rasgo: el del cansancio.
«Una lista nominal es un libro engrapado de color crema en el que dentro vienen las fotos de más o menos 500 personas con apellido con todas las letras del abecedario. Sus nombres completos, rostro y más datos electorales son lo que les permite emitir su voto y la labor del primer secretario es verificar que quien le da la credencial del INE a la presidenta, aparezca en ese listado».
El proceso de indicar a las personas dónde entrar a emitir el voto, cómo doblar la boleta y en qué urna insertarla suena de lo más sencillo en la teoría.
Pero enardecida y cansada la gente hace lo que quiere: inserta el voto de diputaciones federales, en la urna de Presidencia.
Los compendios de boletas vienen contados y con un orden específico por lo que si un votante mete sus hojas en las urnas equivocadas hace que el proceso sea más lento y retrasa el conteo de votos.
Firman con tache, como en la tienda de raya
Renovación es una colonia de Iztapalapa conocida por sus tianguis gigantes de paca y otros tantos detalles. Los vecinos no son gente estudiada y en la mayor parte de los casos no terminan la secundaria. Las casas son en su mayoría de ladrillo gris de construcción, sin impermeabilizar y con basura al frente de la vivienda.
Peso a lo anterior, fue una sorpresa descubrir que del 100% de la gente que acudió a la Contigua 1, el 60% no supiera leer ni escribir.
Acudían con ayuda de sus nietos más chicos o de sus hijos más jóvenes. Cuando la presidenta me daba las credenciales, noté que en el espacio de la firma no había más que un “x” o una cruz.
Alex Castro reconoce: «Mis compañeras y compañeros de casilla que nunca perdimos el buen humor, y veíamos la forma de ayudarnos aunque algo ‘no nos tocara hacer’. El cansancio o el hambre que por momentos nos invadía, se disipaba porque alguien te ofrecía agua, una galleta, una barrita o lo que llevara para compartir».
«Hoy valoro más al INE, valor más a las personas que trabajan en el INE, el diseño de los procesos y los materiales es un trabajo titánico que no se aprecia desde el sofá o el Facebook».