En esta ciudad la violencia ha obligado a sus habitantes a encerrarse en sus casas.
«Acelero para llegar a donde voy, los asaltos se dan en cualquier parte, a cualquier hora, incluye ponchallantas o te muestran las armas desde otro vehículo para obligar a que te pares», relata un ciudadano.
Los patrullajes de militares y policías también causan zozobra.
«Las sirenas de ambulancias, las patrullas no dejan de sonar en las noches, todo eso causa psicosis, nos hemos dedicado al encierro, a quedarnos en la casa el mayor tiempo posible y salir sólo para lo necesario, no estar más allá de 20 minutos en un centro comercial para comprar la despensa, cuando antes esto llevaba dos horas», narró otro habitante de la capital de Sinaloa.
Muchos comercios están cerrados, bajan sus cortinas temprano o tienen muy pocos clientes.
«En el centro, junto a la Catedral, los que tenían vidrios amplios, les pusieron barrotes porque la delincuencia los rompía para meterse; aun así, terminan cerrando a las seis de la tarde, y a los que están abiertos les pegan, apenas un Oxxo fue víctima de tres asaltos en un día, bajan los criminales de sus vehículos, con el arma al hombro, toman lo que quieren y se van, con eso el negocio terminó por cerrar», advirtió un ciudadano.
Un empresario dijo que lo primero que hace al amanecer es revisar en su celular los grupos de mensajería que alertan sobre la violencia en Culiacán.
Explicó que los taxistas bajaron su flota y los ruleteros de aplicación aumentaron sus tarifas.
Además, agregó, ahora en la ciudad no es posible traer carros de alta gama ni de media, porque los criminales se los están robando.