Un hombre, identificado como Mario González Hernández, de 31 años y originario de Pénjamo, Guanajuato, intentó secuestrar y desviar un avión de Volaris hacia Estados Unidos.
De acuerdo con las primeras indagatorias, este hombre -quien viajaba con su esposa y dos hijos menores de edad en la ruta Bajío-Tijuana- alegó que había recibido una amenaza de muerte y que no podía aterrizar en Tijuana.
Según los datos preliminares, no tiene registros de vínculos con organizaciones terroristas.
González Hernández amagó a una sobrecargo con un lapicero al cuello; le pidió que abriera la cabina de pilotos para ingresar y dar la orden de desviar el vuelo hacia Estados Unidos.
Según el relato, gracias a la intervención de pasajeros y la implementación de un protocolo de seguridad, se logró someter al agresor para aterrizar en Guadalajara, donde ya los esperaba personal de la Guardia Nacional.
«Personal de la aerolínea informó que el agresor les comentó que habían secuestrado a un familiar cercano y al momento de despegar de León recibió un mensaje de muerte si viajaba a Tijuana», aseguró la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
Cuando ya estaba en tierra y era llevado en una patrulla rumbo a la sede de la FGR en la capital de Jalisco, González se lanzó nuevamente contra el chofer de la Guardia Nacional que lo transportaba y provocó un choque contra una estructura metálica del Aeropuerto Internacional de Guadalajara.
Finalmente, González fue sometido y puesto a disposición del Ministerio Público en la capital de Jalisco.
Después de siete horas de travesía, el avión de Volaris llegó a Tijuana.
‘Al abrir la puerta íbamos a morir’
Unos 30 minutos después de despegar en el Aeropuerto Internacional de Guanajuato, Mario «N» tomó por sorpresa a decenas de pasajeros del vuelo 3041 de Volaris con destino a Tijuana.
Lo que planeaba ser un viaje de no más de tres horas, se convirtió ayer en una pesadilla, pues el hombre, originario de Pénjamo, Guanajuato, intentó abrir las puertas de la aeronave y amenazó a una sobrecargo.
Eran alrededor de las 7:30 horas cuando comenzó a gritar que necesitaba llegar a Estados Unidos para pedir asilo, pues un grupo criminal lo amenazó de muerte.
«Él quiere agarrar la manejadera de la puerta, abrir la puerta, y sí la abrió un poquito, pero uno de mis compañeros de los que venía ahí conmigo fue y lo agarró», dijo el pasajero Gerardo González.
«Mi vida estuvo en riesgo, la vida de todos estuvo en riesgo, porque fue un acto de terrorismo se diría, porque al abrir la puerta, todos Íbamos a morir».
No pasó mucho tiempo para que se desatara el pánico entre la tripulación y los pasajeros, pues el hombre de 31 años quiso entrar a la cabina de los pilotos y no paraba de gritar.
«Venía con su esposa y venía con niños. Ella nomás pedía ayuda, y él lo que quería era llegar al Aeropuerto de San Diego, porque quería pedir asilo político», apuntó González.
«Él venía de Pénjamo, Guanajuato, y (dijo que) había recibido muchas amenazas del cártel de allá y por eso venía a pedir asilo político».
Los llamados del personal de la aerolínea para que se tranquilizara no fueron suficientes, expuso, por lo que entre todos los presentes intentaron sostenerlo.
Jesús Torres, un pasajero oriundo de Guanajuato, pero con residencia en Estados Unidos, logró contenerlo y controlar la situación, luego de que el agresor tomara a una de las sobrecargos del cuello y la amenazara.
«Creo que hice la parte humana, mi parte fue la parte humana de hacer las cosas lo mejor posible, lo que más se me vino a la mente, el velar por la seguridad de la aeromoza y de él mismo, por la confusión en la que se encontraba», expresó.
-¿Sintió miedo en algún momento de que trajera algún arma?, se le preguntó.
«Sí, por la inseguridad que se vive en el País y porque no hubo mucho apoyo por parte de las autoridades, entonces es un poquito turbio la situación que se está viviendo», respondió.
Según la plataforma Flight Radar 24, el viaje estaba contemplado desde la zona del Bajío al Aeropuerto Internacional de Tijuana, Baja California, pero a la altura del municipio de Zapoqui, cerca de los límites entre Zacatecas y Aguascalientes, el avión tuvo que modificar su trayectoria.
Mientras los pasajeros intentaban contener a Mario «N», el avión dio un giro y puso como su nuevo destino el Aeropuerto Internacional de Guadalajara, en Jalisco.
«Derivado de la activación de protocolo de seguridad de la aerolínea Volaris ante el incidente en el vuelo 3401 que partió del Aeropuerto de Guanajuato al Aeropuerto de Tijuana, el Aeropuerto Internacional de Guadalajara fungió como aeropuerto alterno y canal de comunicación entre la aerolínea y los elementos de la GN con el fin de que ellos, en coordinación con la AFAC, desplegaran el protocolo de seguridad», informó el Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP).
Pasajeros sostuvieron al sujeto y el avión pasó sobre las comunidades de La Encarnación y Canalejas, en el municipio zacatecano de Villanueva.
Alrededor de las 8:03 horas, luego de sobrevolar los límites entre Jalisco y Zacatecas, el piloto aterrizó en el aeropuerto jalisciense y la tripulación puso al pasajero responsable a disposición de las autoridades competentes.
Los pasajeros aseguraron que tras el evento no recibieron ningún tipo de apoyo psicológico por parte de la aerolínea.
El vuelo 3041 llegó a Tijuana alrededor de las 14:20 horas, tiempo de la Ciudad de México.