Poco se sabe acerca de cómo el Presidente electo Donald Trump utilizará precisamente al hombre más rico del mundo en su próxima Administración, más allá de proponer nombrarlo para encabezar un nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés), como «Secretario de Reducción de Costos».
Cuando se trata de encontrar eficiencias en sus empresas, Musk tiene una larga historia de adoptar un enfoque de sorpresa y asombro, como cuando trabajó para convertir a SpaceX y Tesla en compañías líderes en la industria partiendo de startups que, a menudo, él decía que tenían menos de 10% de probabilidad de éxito.
Cuando se hizo cargo de Twitter, convertido en X, a finales del 2022, Musk rápidamente recortó el gasto en la plataforma de redes sociales financieramente emproblemada y finalmente terminó por eliminar alrededor del 80% de su fuerza laboral mientras seguía operando incluso entre críticas de cómo trataba a los trabajadores.
Incluso ha recomendado que otras empresas funcionen de manera más esbelta, diciendo que cree que los recortes de personal pueden aumentar la productividad.
«En toda empresa, hay personas que ayudan a hacer avanzar las cosas y personas que intentan poner freno», dijo Musk en un evento de The Wall Street Journal el año pasado.
Sus dramáticas acciones en Twitter han inspirado a otras empresas tecnológicas a ser más esbeltas y, a menudo, los electores las citaron como algo que les gustaría que Musk hiciera por el Gobierno.
Al hablar de su papel como cabeza de un nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental, o DOGE, Musk ha dicho que cree poder recortar 2 millones de millones de dólares del presupuesto federal, aproximadamente un tercio del dinero que el Gobierno gastó en el año fiscal que terminó el 30 de septiembre.
Los conservadores tienen mucho tiempo de quejarse del tamaño del Gobierno estadounidense y de lo que perciben como un gasto desbocado.
Hablar de ello es una cosa, pero domarlo es otra.
La primera Administración Trump es ejemplo de ello: los déficits se dispararon mientras él buscaba ganar apoyo con nuevo gasto. El déficit del Gobierno en el pasado año fiscal fue de 1.8 millones de millones de dólares.
El reto para cualquier reducción drástica de costos en Washington, D.C., es que más de la mitad del presupuesto federal lo compone el Seguro Social, Medicare, gasto militar e intereses de la deuda federal, cosas que Trump ha prometido que no recortaría o que tendría grandes dificultades para reducir.
Aún así, la nueva Administración podría tener una rara oportunidad para implementar recortes de gastos, ya que los republicanos obtendrán la mayoría del Senado y se perfilan a mantener el control de la Cámara de Representantes.
Incluso si el Congreso no aprueba los recortes de gastos, algunos de los partidarios de Trump han dicho que podría intentar usar la autoridad legal para recuperar el gasto aprobado por el Congreso.
Musk ha sugerido maniobras administrativas similares para reducir las regulaciones.
«Si el Congreso ha creado una agencia, entonces a menudo, si vemos la ley… la agencia tiene una tarea muy simple, pero luego, con el tiempo, esa agencia aumenta enormemente su autoridad y comienza a hacer cosas que nunca fueron autorizadas por el Congreso», dijo Musk al podcaster Joe Rogan esta semana.
«Se pueden reducir las agencias para que sean mucho más pequeñas y decir: ‘Tienes que ceñirte a lo que el Congreso autorizó, en lugar de todas estas otras cosas que estás haciendo'», indicó Musk.
Musk ha enfatizado que se necesitan algunas regulaciones y trata de asegurar -de manera un tanto simplista, tal vez- que si DOGE inadvertidamente recorta demasiado, el Gobierno simplemente puede dar marcha atrás a una regla.
En los negocios, Musk ha aplicado un enfoque similar de moverse rápido y romper cosas. Hace unos años, en Tesla, Musk señaló que reduciría drásticamente las tiendas físicas de la armadora, una medida que la compañía luego dio marcha atrás en medio de presión de los renteros.
A veces, Musk se ve en la necesidad de recortar el gasto rápidamente porque ha gastado demasiado, como en el 2018, cuando Tesla estuvo al borde de la bancarrota mientras la compañía de autos eléctricos batallaba por aumentar la producción del sedán Modelo 3.
A lo largo de los años, la reducción de costos de Musk no ha consistido simplemente en recortar el número de empleados: parece favorecer algunos empleos en sus empresas sobre otros, como los trabajadores de producción sobre los trabajadores asalariados en un momento en que su fábrica estaba elevando la producción.
De manera similar, Musk ha hablado sobre qué tipos de trabajadores cree que deberían recortarse dentro del Gobierno y hacia dónde deberían redirigirse los recursos.
«Nuestras prioridades están claramente desubicadas aquí, pues no tiene ningún sentido contratar a un gran número de personas para auditar y perseguir a los estadounidenses en materia de impuestos mientras que no se contrata personal crítico para asegurar nuestra frontera», dijo Musk el mes pasado.
Su labor de austeridad podría ser un shock para la economía a corto plazo, sugirió Musk.
«Necesariamente involucra algunas adversidades temporales, pero garantizará prosperidad a largo plazo», dijo el mes pasado.
Como Musk ha dicho a los empleados de sus empresas al justificar acciones dramáticas, la alternativa es nefasta: la quiebra.
«El gasto gubernamental demente está llevando al país a la bancarrota», indicó Musk a una multitud en los suburbios de Filadelfia el mes pasado mientras hacía campaña por Trump.
Si bien a la mayoría de los directores ejecutivos les gusta evitar hablar de la palabra que comienza con B, Musk a menudo la adopta como una aparente herramienta motivadora, que crea una sensación de urgencia y eleva lo que está en juego.
Poco después de hacerse cargo de Twitter, señaló la posibilidad de bancarrota mientras hablaba de cambios necesarios.
De manera similar, un año antes en SpaceX, donde es director ejecutivo, advirtió a los empleados vía correo electrónico que el fracaso podría significar la bancarrota.
Su fama de poco paciente es bien conocida entre los fans de su éxito.
Antes de hacerse cargo de Twitter, Musk envió al entonces director ejecutivo de la empresa un incisivo mensaje de texto que subraya su enfoque directo a la administración: «¿Qué hiciste esta semana?».
Ese intercambio se ha convertido en una especie de tarjeta de presentación en las redes sociales, con los usuarios diciendo en broma que Musk se prepara a enviar pronto mensajes similares a los directores de agencias gubernamentales.
– Damian Paletta contribuyó a este artículo.
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