Los 10 policías municipales de Nicolás Romero que fueron detenidos por la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) estarían ligados con una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), relacionada con al menos 16 homicidios.
Del total de víctimas, 10 fueron localizadas en abril pasado en dos fosas clandestinas de la Colonia El Mirador, en ese municipio.
«También se estableció que ninguna de las víctimas fue privada de la vida por disparo de arma de fuego y algunas de ellas presentaban signos de tortura. Se logró establecer que algunas víctimas fueron arrojadas con vida», informó ayer la Fiscalía mexiquense.
Hasta el momento, han sido identificados y restituidos a sus familiares los restos de nueve personas. Cuatro eran conductores de servicio de transporte por aplicación.
El pasado 7 de mayo, en las instalaciones de la corporación policiaca, agentes ministeriales cumplimentaron órdenes de aprehensión en contra de los oficiales Joel Efrén y Hugo Adrián, quien se desempeñaba como subdirector de la dependencia.
Al oponerse al operativo, fueron detenidos los policías Anayeli, Jesús Fernando, Diego Eduardo, Alejandro Jacinto, Daniel, David y María Isabel, mientras que Erick Adrián fue capturado el pasado 13 de junio.
Según la indagatoria, los agentes debían brindar protección al resto del grupo, además de intervenir en homicidios y otros delitos.
La Fiscalía mexiquense busca a otros cinco policías implicados en esta red criminal incluido Adrián Sánchez Mitre, director de Seguridad Pública.
A los detenidos también se les investiga por otros seis asesinatos registrados en la zona y un secuestro. Los 21 agentes ya se encuentran vinculados a proceso.
«De los indicios con los que se cuenta, incluyendo imágenes extraídas de dispositivos móviles, se logró establecer que algunas víctimas fueron arrojadas con vida. Hasta el momento han sido identificados y restituidos a sus familiares los restos de nueve personas», informó la FGJEM.
Los 10 cuerpos eran de hombres, a los cuales se les practicó necropsia y estudios de genética, con lo que especialistas concluyeron que fallecieron por traumatismo craneoencefálico severo, contusión y traumatismo profundo de tórax o luxación occipitoatloidea, entre otros motivos.
Los pozos fueron perforados con maquinaria pesada, detalló la dependencia, pero en los operativos no encontraron la tierra extraída, por lo que supone que fue eliminada para dificultar la localización.