La falta de acceso a productos de higiene adecuados y la ausencia de infraestructuras apropiadas en las escuelas mexicanas están afectando gravemente la asistencia y el desempeño escolar de las estudiantes. De acuerdo con un informe de la organización Mexicanos Primero, la pobreza menstrual es un problema estructural que afecta a millones de niñas y adolescentes en México, limitando sus oportunidades educativas y perpetuando la desigualdad de género.
El informe revela que un alarmante 43% de las estudiantes mexicanas prefieren no asistir a la escuela durante su periodo menstrual. La razón detrás de esta decisión es la falta de acceso a toallas higiénicas, tampones u otros productos de higiene adecuados. Además, el 20% de las estudiantes se ha ausentado al menos una vez debido a la menstruación, y un 30% de ellas ha tenido que improvisar con papel higiénico debido a la escasez de insumos adecuados.
Este fenómeno de pobreza menstrual no solo afecta la presencia de las estudiantes en la escuela, sino que también impacta en su capacidad para participar activamente en las clases. Las niñas temen mancharse la ropa, lo que genera incomodidad y ansiedad. En muchos casos, el miedo a ser estigmatizadas y la falta de privacidad para gestionar su menstruación contribuyen a que las estudiantes se ausenten o no aprovechen plenamente su jornada escolar.
El problema de la pobreza menstrual es aún más grave en un contexto donde 17 de los 32 estados de México no cuentan con legislación que garantice una menstruación digna en las escuelas. En estos estados, las estudiantes carecen de políticas públicas y programas que aseguren el acceso a productos de higiene menstrual gratuitos, a pesar de que en 2021 la Cámara de Diputados aprobó una reforma a la Ley General de Educación para incluir la gestión menstrual en las escuelas públicas. Sin embargo, esta iniciativa se detuvo en el Senado.
La falta de legislación y de recursos adecuados para combatir la pobreza menstrual en las escuelas mexicanas ha sido denunciada por organizaciones como Mexicanos Primero. Laura Ramírez, directora de Fortalecimiento de Comunidades Escolares de la organización, destacó la responsabilidad del Estado en la creación de políticas públicas y en la asignación de presupuestos para abordar este grave problema. «El Estado es el verdadero responsable de generar políticas públicas y programas acompañados de presupuestos acordes con la magnitud del desafío», afirmó Ramírez.
El informe también muestra cómo las infraestructuras deficientes de muchas escuelas contribuyen a la problemática. Un 23% de las escuelas mexicanas (alrededor de 56,000 centros educativos) carecen de servicios de agua potable, y cerca de 6,000 escuelas no tienen baños. Estos problemas estructurales agravan la situación de las estudiantes durante su periodo menstrual, ya que la falta de privacidad y de condiciones adecuadas para gestionar la menstruación les obliga a ausentarse o, en el mejor de los casos, a sufrir incomodidades y estigmatización.
Además de la falta de infraestructura, también existe una profunda falta de educación sobre menstruación. En muchas escuelas no se aborda este tema de manera adecuada ni se sensibiliza a los estudiantes, ni a los docentes, sobre la importancia de proporcionar un entorno seguro y digno para las niñas durante su menstruación. Los mitos y creencias erróneas sobre la menstruación siguen prevaleciendo, lo que contribuye a la estigmatización de las estudiantes y a la perpetuación de ideas negativas sobre el tema.
Frente a esta realidad, Mexicanos Primero ha lanzado un manual dirigido a los docentes con el fin de sensibilizarlos sobre la menstruación digna y proporcionarles herramientas para apoyar a sus estudiantes. El manual incluye propuestas de acción para garantizar los derechos de las estudiantes y fomentar la creación de espacios adecuados para la gestión menstrual en las aulas. La idea es que los docentes cuenten con los conocimientos y recursos necesarios para abordar el tema de manera responsable, respetuosa e informada.
El trabajo de Mexicanos Primero ha sido acompañado por la Fundación Femmex, que impulsa iniciativas a favor de las niñas y mujeres en México. Cristina Mendoza, de la Fundación Femmex, destacó la importancia de sensibilizar a los maestros: «Queremos que los docentes sepan que tienen una gran responsabilidad, pero también una tremenda oportunidad de impactar la vida de las estudiantes», afirmó.
A pesar de estas iniciativas, las expertas insisten en que la responsabilidad principal sigue siendo del Estado mexicano. «No vamos a dejar de exigir cambios sistémicos que mejoren las circunstancias de vida de las estudiantes y que provengan desde arriba, desde los marcos normativos y la política pública. Nuestro trabajo habrá rendido frutos cuando las 32 entidades federativas contemplen en sus leyes educativas acciones dirigidas a erradicar la pobreza menstrual como factor de desigualdad para el aprendizaje», concluyó Jenny Farías, directora de proyectos de Mexicanos Primero.
Este informe subraya la urgente necesidad de garantizar una menstruación digna para todas las estudiantes mexicanas, no solo como un derecho fundamental, sino como una medida para combatir las desigualdades que afectan el acceso a la educación de las niñas y adolescentes en el país.