La Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) quedó fuera del más reciente Ranking Mundial de Universidades QS, elaborado por la consultora británica Quacquarelli Symonds, lo que generó diversas reacciones dentro de la comunidad académica potosina. Ante ello, la institución atribuyó su exclusión a restricciones presupuestales y a su negativa a pagar por evaluaciones favorables.
De acuerdo con fuentes universitarias, uno de los principales factores que influyó en la caída del ranking es la reducción sostenida en la plantilla de maestros investigadores, que pasó de 844 en 2018 a 709 en 2024, es decir, 135 plazas menos en seis años. Esta disminución afecta directamente los indicadores relacionados con la producción científica y académica, claves para la evaluación en rankings internacionales.
La UASLP también señaló que, según datos del Consejo de Universidades Públicas e Instituciones Afines (CUPIA), es la tercera universidad estatal del país que menos recursos recibe de su gobierno local, con apenas 15.9% de su presupuesto total proveniente del Estado. En contraste, el 84.1% de sus ingresos dependen del gobierno federal, lo que limita su margen de maniobra para invertir en infraestructura, proyectos de investigación y contratación de personal académico.
Además, la institución denunció una práctica frecuente en rankings internacionales: el pago por contactos que “garantizan” opiniones favorables.
“Más universidades ceden a la presión y pagan para que quien maneja los rankings les permita enviar contactos de empresas que los conocen y los evaluarán positivamente. Esto en sí ya es un sesgo. Esta opinión dirigida es lo que le llaman indicador de ‘Opinión de los empleadores (20%)’. La UASLP no paga para que le reciban esta información”, señaló un vocero institucional.
La posición en rankings globales como QS ha sido durante años un referente para medir la competitividad de las universidades a nivel internacional. La salida de la UASLP genera un llamado de atención sobre las condiciones estructurales que enfrentan las universidades públicas mexicanas, particularmente aquellas con menor apoyo estatal.