El ejercicio, una buena hidratación y también dormir tienen un impacto directo en la piel, que es el órgano más grande del cuerpo humano.
Sin embargo, no siempre se procura a la dermis como se debiera y es un aspecto de la salud física en la que se debe poner atención para estar En Forma.
El protector solar es una de las mejores herramientas para proteger la piel de los rayos UV, los cuales pueden derivar en arrugas, manchas y en el peor de los casos, un cáncer específico. Pero el uso de este producto no está generalizado y muchas personas creen que solo de aplicarse cuando se está al aire libre o en la playa.
Lo ideal es aplicarse uno con alto factor de protección solar (FPS) prácticamente todos los días, inclusive cuando está nublado. De hecho, no somos inmunes al sol cuando estamos bajo techo, especialmente si disfrutamos de la luz natural, sentados cerca de las ventanas.
Por eso la pregunta más recurrente entre la población, haga o no ejercicio al aire libre, es ¿cuántas veces al día se debe aplicar el protector solar?
La respuesta varía dependiendo del tipo de piel, el tiempo al aire libre, la hora del día, el nivel de actividad y la cantidad de protector solar que se aplicó en primera instancia. Ahora bien, la regla general para volver a aplicar el protector solar es cada dos horas.
«Cada persona es diferente. Digamos que tienes la piel más clara y sabes que si te expones al sol, puedes estar afuera durante unos 15 minutos, y luego vas a empezar a sentirlo, mientras que otra persona puede salir durante 30 minutos o más», expone Annie Christenson, médica estética del Hospital Houston Methodist.
El mejor protector solar será el que puedas usar de manera constante. La clave es encontrar productos que funcionen bien en la piel y, lo que es más importante, que se sienta bien.
A TOMAR EN CUENTA
– La radiación UV está en su punto más alto cuando la mayoría de las personas están activas, es decir entre las 10:00 y las 15:00 horas.
– Las personas con piel clara absorben más rayos UV que aquellas con piel más oscura en las mismas condiciones. Esto se debe a que la melanina, un pigmento en la capa externa de la piel, ayuda a proteger de los rayos UV de forma natural.
– Pero aquellos con más melanina aún pueden sufrir quemaduras solares y daños en la piel con demasiada exposición.