Actualmente, tenemos una zona conurbada, integrada por cinco municipios: San Luis Potosí, Soledad de Graciano Sánchez, Villa de Reyes, Mexquitic y Cerro de San Pedro. El crecimiento y desarrollo de esta zona y de todo el Estado, se tendría que dar en función de lo indicado por la Ley de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano del Estado de San Luis Potosí, así como por los planes de desarrollo que debería tener cada municipio, los intermunicipales y estatales, los cuales, en su mayoría, brillan por su no existencia o en el mejor de los casos por su falta de efectividad para los fines que fueron creados.
¿A qué nos referimos con el crecimiento y desarrollo? Esta Ley prevé varios aspectos como el ubicación y características de asentamientos humanos, los polos de desarrollo de infraestructura y la urbanización. Deviene de esta Ley y de la demás regulación que de ella emana, el cómo se van a organizar los centros de población para los habitantes del Estado.
A través de esta regulación se indican los parámetros para saber cómo y en dónde se tienen que desarrollar las diversas zonas de la ciudad. Es decir, de estos ordenamientos se crean los lineamientos para poder saber en dónde se podría establecer un basurero, un hospital, una fábrica, un nuevo fraccionamiento, un salón de eventos, una escuela, etcétera.
Por mucho tiempo, el crecimiento de las zonas poblacionales fue realizado en función de las mejores condiciones geográficas y climatológicas que pudiera haber para el desarrollo de cada actividad, sin embargo, al haber un incremento poblacional tan acelerado y una economía en ebullición, ha sido necesaria la creación de estas leyes para poder poner, de cierta forma, un “orden” a todo este crecimiento que se da día a día
¿Por qué cobra especial relevancia el ordenamiento territorial? Por un punto muy sencillo: la ubicación de la tierra. Digamos que esta Ley y sus planes, contemplan en dónde se debe ubicar cada cosa, según el giro que vaya a desempeñar. El ordenamiento territorial anteriormente era algo que no se tomaba muy en serio, ni por autoridades ni por ciudadanos. Tampoco eran muy relevantes las consecuencias ambientales que conllevaban el desarrollo, así que, el factor más importante para la realización de actividades, honestamente, era el recurso económico. Habiendo esto, se podía realizar, sin embargo, las condiciones ambientales actuales y el desarrollo poblacional, en estos días, demandan especial atención al delicado equilibrio que debe haber entre la existencia del ser humano y la afectación que se causa al medio ambiente, por ello, el ordenamiento territorial se volvió un punto indispensable, paradójicamente siempre pensado para el futuro próximo.
Anteriormente usted podía, si tenía la posibilidad, en su casa construir un local y hacer algún tipo de negocio, hoy esto va más allá de estar en posibilidad de hacer la construcción, ya que, independientemente de los requisitos que debe cumplir por cuestiones de bomberos, seguridad, protección civil, entre otros, previo a todo ello, usted debería conocer si el tipo de suelo en donde se encuentra su propiedad y en donde planea ejecutar su idea, tolera el tipo de negocio que quiere realizar. En caso contrario se caería en posibles afectaciones a terceros. Como el típico caso del taller mecánico que tiene carros estorbando por toda la cuadra y aceite tirado o el taller de hojalatería, que usa múltiples solventes que se esparcen en el aire o el restaurante que no tiene lugares de estacionamiento y se vuelve un problema para los vecinos. Estos ejemplos comunes y reales, se tornan un tema complejo, que tiene su origen en la forma en que se debiera ordenar nuestro territorio.
En esta ocasión por lo amplio del tema, continuaremos la próxima semana, ya que por hoy se nos acabó el espacio.
