Frente al incremento en el robo de carritos de supermercado, algunos centros comerciales de San Luis Potosícomenzaron a implementar medidas restrictivas para prevenir esta práctica que representa pérdidas económicas para las cadenas comerciales.
Una de las estrategias más recientes es la colocación de vallas metálicas reductoras de espacio en las entradas principales de los centros comerciales, con el objetivo de impedir que los usuarios retiren los carritos fuera del inmueble.
Este es el caso de una tienda de cadena nacional ubicada en Plaza El Paseo, sobre la avenida Salvador Nava Martínez, donde recientemente se instalaron estas estructuras metálicas en ambas entradas principales. La medida ha demostrado cierta eficacia, sin embargo, también ha generado una problemática de accesibilidad para personas con discapacidad.
Usuarios que emplean silla de ruedas han reportado dificultades para ingresar al centro comercial, debido al estrechamiento de los accesos, y en algunos casos, deben esperar a que el personal libere las vallas, lo que genera tiempos de espera prolongados y malestar entre la clientela.
Situaciones similares ocurren en otras dos tiendas de cadena internacional: una en Macroplaza, también sobre Salvador Nava, y otra más en la Carretera 57, dentro de la zona hotelera de la ciudad. Aunque estas plazas cuentan con accesos alternativos para personas con movilidad reducida, el diseño general sigue generando controversia.
Por otro lado, supermercados que no han implementado vallas han optado por medidas como solicitar una identificación oficial —generalmente la credencial de elector— para permitir que los clientes lleven el carrito hasta el estacionamiento. Esta medida también ha sido criticada por los consumidores, quienes consideran injusto tener que dejar documentos personales para realizar sus compras con mayor comodidad.
Ante este escenario, algunas tiendas recomiendan a los clientes llevar bolsas reutilizables o carritos personales para transportar sus productos, lo cual evita tanto el extravío de carritos como los inconvenientes en el acceso.
Cabe señalar que todas estas disposiciones son instruidas directamente por las gerencias de los establecimientos, en un intento por equilibrar la prevención del robo con la atención al cliente, aunque aún queda pendiente una solución más inclusiva y eficiente.