Estamos a nada de entrar en las celebraciones de Semana Santa, las cuales son muy esperadas por los creyentes y por los que no lo son, porqué en ambos casos, para muchas personas hay días de asueto. Desde luego, las autoridades supuestamente se preparan para hacer una gran fiesta, tanto a nivel municipal como a nivel estatal.
El destino turístico más socorrido del Estado, es decir la Huasteca Potosina, se alista para recibir la mayor afluencia del año, con todo y que sus atracciones principales como cascadas, ríos y nacimientos de agua, atraviesan una seca importante que amenaza seriamente con afectar el nivel de visitantes que reciben.
Si por sí solo, el tema del agua no es lo suficientemente grave, veamos cómo reaccionan nuestros gobiernos con el tema económico, cuando se note la baja en la afluencia de personas en parajes turísticos de la huasteca. Con el calor extremo que suele hacer en estas temporadas y la ausencia de agua, sin duda las personas se preguntarán más de una vez si les sigue siendo lo suficientemente atractivo realizar ese viaje o buscar otro destino. Luego, esperemos, ver las quejas por parte de los sectores que viven de eso, de las atracciones turísticas y ver cómo reaccionan los responsables ante ello, sobre todo por la temporada electoral en la que, lo que menos quieren es mala publicidad.
Por otro lado, las Secretarías encargadas del fomento y desarrollo de turismo a niveles Municipal y Estatal, ambas, se han visto madrugadas, les han comido el mandado completamente Estados como Guanajuato y Querétaro, por solo mencionar un par de los más cercanos. La promoción de San Luis Potosí ha sido miserable e inoperante, casi nula. No se buscaron opciones de diversidad para ofertar a los visitantes, fuera de los atractivos que están sequía, hablando de temas de agua. No se han dado opciones reales para retener al flujo turístico que se ha incrementado en los últimos años, mucho menos para atraer nuevo.
Con un festival en la capital que pretende acaparar los reflectores y sobre todo un gasto enorme, como única opción publicitada, estamos muy lejos de poder tener una oferta que incite a mantener o incrementar el turismo como una fuente sustentablee de ocupación para el Estado. Cierto, la Procesión del Silencio es un gran atractivo, pero aún así no estamos en niveles competentes, en comparación con la estrategia y publicidad que han hecho otros Estados. La preparación de esto, no se realiza de la noche a la mañana, se debe trabajar de forma constante y estratégica, de lo contrario caemos en esta premura que hace pensar que con los espectaculares promocionales en el último mes, se está haciendo una oferta y publicidad adecuada. San Luis Potosí, se debe vender como cualquier otro destino turístico, los visitantes no vendrán por sí solos o al menos no los suficientes para poder mantener el turismo como una constante a la que ya se han acostumbrado muchas zonas.
Volvemos con las Secretarías de Turismo a nivel Municipal y Estatal, con las que tenemos una incompetencia muy grande para posicionar al Estado. Aún y con la ausencia de cuerpos de agua, en un Estado como el nuestro con tanta historia, no es imposible poder posicionar atractivos adicionales, que inciten a cierto tipo de turismo, consolidarnos como una fuente histórica mucho más interesante y no tan gris y estéril como pareciera con la promoción que tenemos hoy.
Esperemos que al menos, estos días de asueto transcurran con seguridad para los potosinos y los visitantes, sería el colmo que la seguridad volviera a ser un factor para no elegir visitar San Luis.
Sin agua, con delincuencia y sin promoción, se le quitan fácilmente a cualquiera las ganas de visitar este gran Estado.
