- Elección judicial marcada voto inducido y “candidaturas predefinidas”, señala Mauricio Alfaro
En el análisis de los resultados de la reciente elección judicial en México, Mauricio Alfaro, consultor de Integralia, advirtió que el proceso estuvo marcado por una participación ciudadana histórica baja, voto inducido y un resultado previsto de antemano a través de los llamados “acordeones oficiales”.
En entrevista sobre el reporte de Integralia, dijo que uno de los datos que se destaca, es que los 16 aspirantes incluidos en los documentos oficiales obtuvieron el cargo al que aspiraban, sin una competencia real.
¿Cuáles fueron los principales resultados después de esta elección judicial que se vivió en México?
El primer dato que quisiera destacar es que las 16 personas que aparecían en los acordeones oficiales —y que competían tanto para cargos en el ámbito nacional como en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el Tribunal de Disciplina Judicial y la Sala Superior— obtuvieron absolutamente todos sus triunfos. Es decir, el gobierno hizo «chusa» con estos 16 candidatos, porque los 16 lograron el cargo al que aspiraban.
También se registró un récord en el número de votos nulos. Esto significa que solo votó el 13 % de la lista nominal de electores y que hubo alrededor de 524 millones de boletas sobrantes. En otras palabras, el gasto destinado a la impresión de boletas quedó desperdiciado y tirado a la basura.
Además, comparado con la elección de 2024, el costo por elector en esta elección fue considerablemente más alto: 146 pesos en 2024 contra 541 pesos por voto en este año.
Finalmente, un dato muy interesante —al cual pueden acceder consultando la página www.integralia.com.mx— es que, en promedio, las personas con seis años de escolaridad (es decir, quienes cursaron hasta sexto de primaria) registraron el porcentaje más alto de participación en todas las candidaturas para la Suprema Corte.
Esto sugiere un posible uso clientelar de los programas sociales, en el sentido de que aquellos que reciben algún apoyo del gobierno, como becas o transferencias, pudieron haber sido movilizados para votar a favor de las candidatas y candidatos oficiales.
¿A qué se debió esta baja participación y el uso de los acordeones en la elección?
La baja participación tiene que ver con que estas elecciones representaron un reto epistemológico. ¿A qué me refiero con esto? A que, en un periodo muy corto de tiempo, se tenía que revisar alrededor de 2,350 candidaturas. ¿Quién, en su sano juicio, y quién tiene el tiempo para analizar tantas postulaciones para distintos cargos en el país?
Hubo muy poca pedagogía por parte del INE para explicar cómo iba a funcionar este proceso, y también muy poca información por parte de los actores relevantes. Fue un proceso que prácticamente pasó de noche, pero que, a pesar de ello, parece contar con cierto respaldo social. Una encuesta de El Financieroreveló que el 56 % de la población estaba satisfecha con la elección judicial, mientras que un 46 % celebraba que el 13 % de la lista nominal haya salido a votar.
Esto contrasta con las preocupaciones que consultorías como Integralia ya han señalado, especialmente la preocupación por la baja participación.
Queda mucho por ver: será clave observar qué ocurre en 2027, cuando se celebre la segunda etapa de la elección judicial.
¿Quiénes fueron los que más acudieron a las urnas y qué motivó que salieran a votar?
Primero, vemos en el reporte de Integralia una participación ciudadana diferenciada. Llama la atención que, en entidades como Coahuila o Durango, el porcentaje de participación fue casi el doble del promedio nacional. Por ejemplo, en Coahuila hubo un 24.3 % de participación, lo cual contrasta significativamente con el 6.7 % registrado en Guanajuato.
Ahora bien, en cuanto a qué personas participaron más, como mencionaba, las personas con seis años de escolaridad, es decir, aquellas que estudiaron hasta sexto grado de primaria, fueron quienes registraron los niveles más altos de participación, con más del 10 %.
Esto sugiere un uso clientelar de los programas sociales, con el objetivo de beneficiar a ciertas candidaturas que el oficialismo tenía interés en impulsar.
Otro de los temas, otro de los hallazgos, fue el récord de votos nulos. ¿A qué se debería?
Nosotros analizamos que las boletas eran realmente muy complejas. No eran como las de las elecciones ordinarias, por ejemplo, las de 2024 o las de 2021, en las que aparecía un candidato y los logos de los partidos. En esta elección no podía haber partidos detrás de las candidaturas —al menos eso es lo que señalaba la ley—, y entonces, en vez de votar por partidos, que funcionan como marcas en el imaginario del electorado, las personas tenían que votar por individuos.
Y el número de candidaturas era enorme. Tan solo para la Suprema Corte había 64 aspirantes. Esto realmente hacía que el proceso de voto fuera un reto, algo realmente muy pesado.
Además, el gran número de boletas que recibió la gente también puede explicar el alto porcentaje de votos nulos, porque a nivel federal había seis boletas, pero podía haber hasta cinco boletas más a nivel local, destinadas a renovar el poder judicial en cada entidad federativa.
Entonces, ir a votar representaba una inversión de tiempo considerable. El INE hizo algunos simulacros, en los que se estimaba que emitir el voto tardaría aproximadamente 12 a 15 minutos; sin embargo, en redes sociales y otros medios, muchas personas publicaron que tardaron media hora o más en completar el proceso.
Esto, claramente, va en contra de cualquier incentivo para acudir a las urnas, y creo que eso explica, en gran medida, el alto porcentaje de votos nulos que vimos en este primer ejercicio de elección judicial.
Con respecto a los resultados, ¿cómo está este tema de la relación entre campañas digitales y los resultados que hoy se tienen?
Este hallazgo es muy interesante; yo creo que es uno de los datos más relevantes del reporte. Recordemos que la ley prohibía actos de campaña con sonido y carpa, así como financiamiento público y privado. En teoría, las candidaturas debían aportar sus propios recursos para financiar este ejercicio democrático.
Sin embargo, una gráfica de nuestro reporte evidencia que las redes sociales no fueron el gran elector, a pesar de que eran el medio por excelencia para dar a conocer programas y propuestas.
Podemos ver casos contundentes: Irving Espinosa tuvo menos de 20 000 interacciones en X (antes Twitter), pero obtuvo más de 3.5 millones de votos. De igual forma, María Estela Ríos casi alcanzó los 5 millones de votos con un nivel de interacción muy bajo.
Esto demuestra que el verdadero “partido” no se jugó en las redes, sino a través de los acordeones oficiales, donde las papeletas predefinidas concentraron el control del voto.
¿Qué se requiere, sobre todo, para futuras elecciones del Poder Judicial?
Pues, primero, una organización más realista para el votante, porque resulta imposible que una persona se informe sobre más de 2,500 candidaturas. Pienso que debería haber una mejor estructura electoral, ya que en 2027, si esto continúa así, habrá que montar dos tipos de casillas diferentes, lo cual reduce aún más el incentivo para acudir a las urnas.
Finalmente, debe existir un respeto estricto a las reglas. Recordemos que esta reforma judicial la impulsó y aprobó el propio gobierno, y fue el mismo gobierno el que no respetó las normas que se había impuesto.
Por ello, al igual que en cualquier deporte o juego formal, es fundamental que el árbitro sea independiente y que todas las partes respeten las reglas, pues de lo contrario no existe certeza de transparencia ni legitimidad en los resultados.