jueves, mayo 8, 2025
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Campos de adiestramiento y exterminio son una realidad en México 

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  • En SLP también hay fosas y posiblemente operen campos de adiestramiento y exterminio operados por el crimen organizado 

En México, la crisis de desapariciones forzadas ha alcanzado niveles alarmantes. Según cifras oficiales, hay más de 110,000 personas desaparecidas en el país, una situación que ha empujado a familiares y activistas a conformar colectivos de búsqueda para localizar a sus seres queridos y exigir justicia. Estos grupos han emergido como una respuesta ante la inacción de las autoridades y la impunidad que impera en los casos de desaparición.

El papel de los colectivos en la búsqueda de desaparecidos

Los colectivos de búsqueda están integrados principalmente por familiares de las víctimas y ciudadanos solidarios. Operan a través de investigaciones independientes, revisión de fosas clandestinas y presión política para que las autoridades cumplan con su responsabilidad. Utilizan desde redes sociales hasta equipo de excavación rudimentario, como varillas, para detectar irregularidades en el terreno.

La desaparición de personas en México se ha convertido en una de las principales crisis humanitarias del país. Estados como Jalisco, Tamaulipas, Veracruz y Guanajuato concentran un alto número de casos, sin embargo, el tema también abarca otras entidades como San Luis Potosí.

 El caso reciente de Teuchitlán, Jalisco, donde fueron hallados restos humanos en un rancho previamente inspeccionado por autoridades, ha generado indignación a nivel nacional e internacional. Activistas señalan que estos hallazgos demuestran la falta de coordinación entre instituciones como la Fiscalía del Estado, la Comisión de Búsqueda y el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses.

Ante la falta de acción gubernamental, los colectivos han convocado a una movilización nacional para presionar a las autoridades federales a reconocer la crisis y tomar medidas concretas. Se ha solicitado que se declare un día de luto nacional por las víctimas de desaparición y que se destinen más recursos a la búsqueda e identificación de restos humanos.

«Es fundamental que la sociedad civil también se sume a estas movilizaciones. Solo a través de la presión social lograremos que el gobierno federal asuma su responsabilidad y actúe», declaró Héctor Flores, líder del colectivo Luz de Esperanza

La lucha incansable de los colectivos de búsqueda en San Luis Potosí

San Luis Potosí enfrenta una crisis de desapariciones que ha llevado a las familias a organizarse en colectivos de búsqueda, luchando contra la impunidad y la inacción gubernamental. Edith Pérez Rodríguez, presidenta del colectivo Voz y Dignidad por los Nuestros SLP, es una de las principales voces en esta batalla. En entrevista, nos comparte el panorama desolador que enfrentan y los avances que, pese a la adversidad, han logrado.

«Hemos descubierto tantas porquerías que han hecho los gobiernos»

Edith Pérez Rodríguez expresa su indignación ante la omisión y negligencia de las autoridades. «Hemos tenido tanta omisión y faltas gravísimas. Hemos descubierto tantas porquerías que han hecho los gobiernos», señala. La búsqueda de justicia y verdad ha sido obstaculizada constantemente, pero la presión de los colectivos ha generado algunos avances.

Uno de los casos más visibles ha sido el de los cuatro jóvenes desaparecidos en Jalisco en 2021. «Gracias al movimiento y la visibilización en medios, hay un proceso penal en marcha y detenciones. No los hemos encontrado, pero al menos hay un trabajo institucional», explica Pérez Rodríguez.

Una lucha que cambia vidas

Ser parte de un colectivo de búsqueda no es solo una actividad, sino un cambio de vida total. «Dejas de estar para ti, para tus hijos, para tu familia, para estar en el campo buscándolos, para estar impulsando a las autoridades, ideando estrategias de búsqueda. Nosotros nos fuimos a la calle sin ningún recurso, sin saber qué era un acta circunstanciada o una averiguación previa», relata Edith.

Las consecuencias emocionales y económicas son devastadoras. «Mi hija tenía 13 años cuando desaparecieron mis hijos. La abandoné sin querer y un día me gritó que mejor ella hubiera sido la desaparecida. Aparte de perder a nuestros seres queridos, cargamos con la culpa, el señalamiento social y la indiferencia de las autoridades», lamenta.

Las fosas clandestinas y los centros de identificación

San Luis Potosí ha sido escenario de múltiples hallazgos de restos humanos en fosas clandestinas. «En Moctezuma se encontraron más de 200 indicios que corresponden a 22 carpetas de investigación. Esos restos ya fueron enviados a Alemania para su análisis», informa Edith.

Uno de los logros del colectivo ha sido la creación del Centro de Identificación Humana, el cual se encuentra en proceso de revisión por parte de la Fiscalía General del Estado. «Nosotras solas no podemos avanzar, tenemos que obligar al gobierno a actuar. Es reconocer que hay esfuerzos, pero aún falta mucho por hacer», señala.

Campos de exterminio y desapariciones sistemáticas

Los colectivos han identificado patrones de desaparición en diversas zonas del estado. «En Ciudad Valles se encontraron más de 32 prendas en un campo de exterminio. En Río Verde, un pozo donde arrojaron más de 25 cuerpos. Son cientos de restos los que hemos localizado», detalla Edith.

A pesar de los hallazgos y denuncias, la crisis de desapariciones no cesa. «La misma ciudadanía se golpea y ve hacia otro lado. La desaparición sigue porque hay impunidad y porque muchas veces las familias tienen miedo de denunciar», lamenta.

Una lucha sin final a la vista

A pesar de los avances, la lucha de los colectivos de búsqueda está lejos de terminar. «Nos dicen que somos lambisconas del gobierno, pero lo único que hacemos es presionarlos para que actúen. No buscamos reconocimientos, buscamos justicia», enfatiza Edith.

Las cifras oficiales revelan que, de cada 1,000 reportes de desaparición en 2024, alrededor de 300 personas siguen sin ser localizadas. «Ese es el parámetro que debemos considerar. Hay avances, pero la magnitud del problema es enorme», concluye.

La labor de los colectivos de búsqueda en San Luis Potosí y en todo México es una muestra de resistencia y dignidad ante la violencia y la impunidad. Aunque el camino es difícil, su lucha persiste en la esperanza de encontrar a sus seres queridos y lograr justicia para todas las víctimas de desaparición.

El infierno del reclutamiento juvenil

Indira Navarro, de Guerreros Buscadores de Jalisco, expone la brutalidad de los campos de adiestramiento y exterminio, ha denunciado el hallazgo de una finca utilizada como centro de adiestramiento y exterminio de reclutas. La activista describe la situación como «un infierno» para los jóvenes que fueron llevados allí con engaños o secuestrados.

«No es un hallazgo que hubiéramos querido encontrar», declaró Navarro. «Estamos consternados porque esta finca no era una fosa clandestina común, sino un centro donde cientos de jóvenes fueron llevados con la promesa de trabajo y terminaban entrenados para el crimen o exterminados».

El horror descubierto

Según testimonios de sobrevivientes, la finca operaba con un sistema de entrenamiento riguroso, incluyendo pruebas físicas extremas y simulacros de combate. Los jóvenes eran sometidos a condiciones inhumanas y, si no pasaban las pruebas, eran asesinados sin contemplación. «Era un filtro de terror, de 200 reclutas, apenas 30 sobrevivían y eran enviados a zonas de conflicto como Zacatecas», relató Navarro.

El colectivo encontró vestigios escalofriantes en el lugar: montones de ropa, zapatos y restos humanos en fosas improvisadas que funcionaban como crematorios. «Eran fosas hechas por los mismos reclutas, con bases de piedra y ladrillo para quemar los cuerpos desmembrados. Había un cuarto llamado ‘la carnicería’ donde los desmembraban antes de incinerarlos», detalló Navarro.

La negligencia de las autoridades

Lo más indignante para los colectivos es la falta de acción de las autoridades. «Nosotros entramos a la finca y la puerta se abrió con facilidad, no había sellos de aseguramiento como se suponía», denunció. A pesar de los recursos tecnológicos de la Fiscalía, fueron los colectivos quienes hallaron evidencias con varillas y palas. «No estamos hablando de un simple crematorio, sino de jóvenes reclutados que allí terminaron», lamentó.

Desde la difusión de las imágenes del lugar, cientos de familias han contactado a Guerreros Buscadores de Jalisco en busca de información sobre sus desaparecidos. «Nos llegan mensajes constantes de personas que reconocen mochilas, tenis, playeras. La fiscal se comprometió a documentar cada prenda y entregarlas a las familias, pero no es suficiente. Necesitamos justicia», exigió Navarro.

Una problemática nacional

El reclutamiento forzado de jóvenes no es exclusivo de Jalisco. «Nosotros advertimos sobre este modus operandi, pero lo minimizaron. Hemos identificado más de 300 fichas de jóvenes desaparecidos que podrían haber sido víctimas de este esquema a nivel nacional», aseguró la activista.

Los reclutadores operan a través de ofertas falsas de empleo, donde prometen sueldos atractivos y pagos por adelantado. Una vez que los jóvenes aceptan, les quitan sus celulares y comienza la pesadilla. «Les decían que trabajarían como guardias de seguridad o cocineros, pero en realidad eran entrenados para matar», explicó Navarro.

Asimismo, envió un mensaje a los jóvenes y sus familias: «No crean en todo lo que ven en internet. No hay trabajo fácil con sueldo alto. El crimen organizado los ve como desechables. Protejan a sus hijos, compartan su ubicación y no se dejen engañar».

El descubrimiento de esta finca ha expuesto una cruda realidad que no puede ser ignorada. Mientras el gobierno promete justicia, los colectivos seguirán luchando por la verdad y la memoria de las víctimas. «Nosotros no decidimos ser buscadores, pero el destino nos llevó a esto. Y no pararemos hasta encontrar a los nuestros».

Las formas de operación de los grupos criminales

Los grupos delictivos han perfeccionado múltiples estrategias para capturar a nuevas víctimas. Entre los métodos más comunes están:

Ofertas de trabajo falsas en redes sociales, donde se promete empleo en otras ciudades o estados.

Becas estudiantiles falsas, como el caso reciente de una joven engañada con una beca de la Universidad de Guadalajara.

Secuestros directos, donde las víctimas son raptadas en la calle o sus propios domicilios.

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