A menos de dos meses de la elección, el mensaje de la aspirante demócrata Kamala Harris es claro y parece estar llegando a los oídos que buscaba. La ex Fiscal General de California y actual Vicepresidenta de Estados Unidos quiere ser la candidata de la clase media y la defensora de los derechos de las mujeres frente a un rival que representa al 1 por ciento más rico.
«Ella es alguien cuya apariencia no sólo representa a Estados Unidos, sino que ella también representa los mejores intereses del estadounidense común y corriente». Así describe a Kamala Harris Sunjay Muralitharan, un joven de 19 años que estudia Ciencia Política en la Universidad de California en San Diego.
Sunjay es también vicepresidente de College Democrats of America, la rama juvenil del Partido Demócrata que, de acuerdo con su perfil en X, busca movilizar el voto de los jóvenes y salvar la democracia.
«Los demócratas son el partido de la gente», afirma Sunjay en entrevista con Grupo REFORMA. El joven participó como superdelegado en la Convención Nacional Demócrata a mediados de agosto.
«Los demócratas consistentemente ganan el voto popular. Sus políticas tienden a resonar de manera muy cercana con el estadounidense promedio».
Entre estas políticas el joven universitario menciona el mantener accesibles los derechos reproductivos, el luchar por un clima «habitable» y el permitir a los trabajadores tener voz y voto en la economía y que puedan prosperar.
«Políticas que benefician directamente a la gente», señala.
Y es quizá la propuesta de vivienda asequible que presentó Harris el 16 de agosto en un mitin en Raleigh, Carolina del Norte, la que más ha llamado la atención entre sectores de la población.
Fue ahí que los electores pudieron conocer a detalle el plan económico de la candidata demócrata y cómo es que pretende ayudar a la clase media.
«Después de años de trabajo duro, deberíamos poder retirarnos con dignidad (…) El fortalecimiento de la clase media será un objetivo definitorio de mi Presidencia, porque firmemente creo que cuando la clase media es fuerte, Estados Unidos es fuerte», dijo Harris en el mitin, con un gran cartel detrás de ella con la frase «A new way forward» (Un nuevo camino a seguir).
Entre otras propuestas, Harris planteó dar a los compradores de su primera casa unaayuda inicial de hasta 25 mil dólares e impulsar la construcción de tres millones de viviendas asequibles para la clase media, aunque al día de hoy se desconoce cómo podría cumplir con la ambiciosa promesa.
A decir de Sunjay, Harris está dispuesta a dar la batalla contra grandes corporaciones como BlackRock que, afirma el joven universitario, están comprando casas por miles y, de alguna manera, inflando el mercado, y «jodiendo a todos los estadounidenses».
Una contienda apretada
La campaña demócrata recobró los ánimos y el entusiasmo luego de que en julio el Presidente Joe Biden dejara la candidatura y la cediera a Harris. Y si bien, las encuestas dan a la Vicepresidenta más probabilidades de vencer a Donald Trumpque las que tenía el actual Mandatario, a poco menos de dos meses de la elección la contienda está cerrada.
«Especialmente en los swing states. Nevada, Michigan, Pennsylvania, Wisconsin, Carolina del Norte, Georgia y Arizona son los estados que vemos que pueden voltear republicanos o demócratas», explica la Dra. Vanessa Cruz Nichols, profesora de Ciencia Política en la Universidad de Indiana.
Según el promedio de encuestas de Real Clear Politics, Harris tiene clara ventaja en Wisconsin y Michigan, mientras que Trump la tiene en Arizona. En Pensilvania, Georgia, Nevada y Carolina del Norte están empatados o la diferencia es de menos de un punto porcentual.
A decir de Cruz Nichols, quien se especializa en política estadounidense, política migratoria y el electorado latino, son en estas entidades en las que el voto latino será clave, y por ello las campañas de ambos candidatos están invirtiendo mucho tiempo en movilizar a los votantes de esos estados.
«La población latina ha estado creciendo bastante no sólo en la demografía de EU sino también en cifras de votantes, y eso ha crecido mucho más después de 2008, después de que Barack Obama lanzó una campaña muy efectiva«, explica la docente.
En 2008, Obama obtuvo 67 por ciento del voto latino, y cuatro años más tarde, en su reelección, la cifra subió a 71 por ciento. En 2016, Hillary Clinton aglutinó el 65 por ciento del voto latino, y hace cuatro años Biden el 59 por ciento.
Pero, advierte Cruz Nichols, el apoyo de la población latina hacia los demócratas se redujo con Biden y ha aumentado hacia Trump. Cuando el Presidente aún figuraba como el candidato demócrata la intención de voto del electorado latino era de 46 por ciento contra 41 por ciento de Trump, brecha que Harris ha logrado ampliar, pues ahora las proyecciones le dan el 56 por ciento contra 37 por ciento para el republicano.
«Harris ha estado ganando y convenciendo a bastantes latinos que iban a votar por Trump. Ella los está convenciendo a su favor», destaca la académica.
«Una gran ventaja es su edad, es más joven que Biden, eso fue la más grande queja de muchos votantes que estaban apáticos o desilusionados con esta elección que teníamos opciones entre dos candidatos bastantes mayores de edad y sin nuevas ideas».
Pero también, dice Cruz Nichols, está el factor de su identidad, el hecho de que es hija de migrantes, que es mujer, que habla de los derechos de las mujeres, de los derechos reproductivos, y que proviene de la clase media.
«Eso ha generado bastante entusiasmo especialmente con los votantes más jóvenes y con mujeres», resalta.
De acuerdo con la académica de la Universidad de Indiana, es en el grupo de personas de menos de 40 años en el que Harris está ganando mucho apoyo.
«Ha ganado unos 17 puntos más de los que tenía Biden con ese grupo, entonces eso le favorece bastante y en general cuando se mira la cuestión de votantes más jóvenes entre los latinos ella está ganando 60 por ciento de los latinos más jóvenes y Biden nada más tenía 43 por ciento», apunta.
«Ella está hablando de ideas diferentes, está hablando de un optimismo diferente, de intervenciones económicas».
La académica mencionó propuestas como la ayuda para comprar una casa, el aumento en el crédito tributario para personas con bebés recién nacidos y que estén trabajando, medidas para moderar el incremento en el precio de los alimentos.
«Ella quiere crear una intervención donde haya impuestos o una manera de controlar esos precios, entonces eso nos ayuda bastante a la gente latina, porque somos prácticos y queremos un candidato que nos ayude en nuestros hogares», apunta la Dra. Cruz Nichols.
Un culto a la personalidad
Sunjay entiende por qué mucha gente se siente atraída por Donald Trump.
«Él es como un gran fastidio para el sistema, y de alguna manera representa lo que mucha gente considera algo nuevo, y mucha gente que se siente olvidada corre a eso», asegura el joven demócrata.
Sin experiencia previa en política, Trump compitió por primera vez a la Presidencia en 2016, ganando la candidatura del Partido Republicano contra 16 competidores. Llegó a la Casa Blanca el 20 de enero de 2017 y cuatro años más tarde buscó la reelección sin éxito. De 45 Presidentes que han contendido por la reelección en la historia de EU, sólo 10 no lo han logrado.
Este año, el magnate logró fácilmente la candidatura de su partido, lo que significa que en los últimos 8 años, y en las últimas tres elecciones, los republicanos no han lanzado otro candidato que no sea él.
«Hay un culto a su personalidad«, dice Sunjay. Considera que en el caso de Trump «se destaca más a un hombre que las políticas o el historial de éste».
Por ello, cree que la mejor manera de llegar a esos electores jóvenes indecisos es decirles que los comicios de noviembre se definen entre «las ideas de un hombre y las prioridades de un todo».