sábado, junio 14, 2025
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Resisten trabajadores migrantes deportaciones masivas

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La ofensiva de deportación masiva del Presidente Trump ha generado temor generalizado entre los migrantes. Lo que no ha logrado, hasta ahora, es impedir que muchos se presenten a trabajar.

Aunque los datos sobre inmigrantes sin estatus legal permanente son fragmentarios, los disponibles no muestran una contracción generalizada de la fuerza laboral.

En los tres meses desde que Trump asumió el cargo, el empleo ha seguido creciendo. Esto incluye muchas industrias que dependen de trabajadores sin estatus legal: la construcción; la categoría que incluye servicios de limpieza y paisajismo; la fabricación de alimentos y restaurantes; y las empresas de personal.

En abril, había 31.8 millones de trabajadores nacidos en el extranjero con empleo, 0.1% más que en enero y 4.4% más que en el 2024, arroja una encuesta mensual de hogares de la Oficina del Censo. Los datos no distinguen entre trabajadores que residen legalmente en Estados Unidos y los que carecen de estatus legal.

«En general, me sorprende», dijo Tara Watson, economista en el Brookings Institution que estudia la inmigración en la economía. «No hemos oído hablar de grandes desabastos de pollo ni de un aumento en los costos de construcción».

Una encuesta de la Kaiser Family Foundation publicada el 8 de mayo reveló que el 41% de los inmigrantes estadounidenses, incluyendo a ciudadanos naturalizados, temen que ellos o un familiar puedan ser detenidos o deportados, un aumento contra el 26% en el 2023.

Pero muchos trabajadores sin estatus legal dicen que tienen que seguir trabajando por necesidad económica. Algunos han vivido en EU durante años o incluso décadas y tienen familias, casas y autos que mantener. La certeza de atrasarse en el pago de los recibos a menudo supera el riesgo incalculable de ser detenidos por las autoridades federales, afirman algunos migrantes.

En abril, agentes federales detuvieron a por lo menos 10 personas en el estacionamiento de un Home Depot de Los Ángeles, donde muchos migrantes solicitan trabajos diarios de labores de construcción ligera. Dos días después, un mexicano, padre de tres hijos, estaba en el mismo estacionamiento buscando trabajo. «Claro que hay temor», dijo el hombre, quien lleva 25 años en Estados Unidos sin permiso legal. Pero con el rápido aumento en los seguros de auto, la renta y otros costos, agregó, «¿Qué alternativa tenemos?».

Trump ha prometido la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos. Durante sus primeros 100 días en el cargo, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) incrementó las detenciones, pero deportó a menos migrantes al día que durante la Administración del ex Presidente Joe Biden en el 2024.

Un efecto mucho mayor provendría de la iniciativa del Gobierno para expulsar a más de un millón de migrantes con permiso temporal para vivir y trabajar en Estados Unidos, que por ahora está estancada en los tribunales. Esta iniciativa obtuvo una victoria significativa el lunes, cuando la Suprema Corte permitió al Gobierno retirar el estatus de protección temporal a hasta 350 mil venezolanos mientras se resuelve una demanda en tribunales inferiores.

Hasta el momento, el principal impacto de Trump se ha dado en la frontera suroeste, donde los cruces se redujeron a un promedio de 391 personas por día en febrero, marzo y abril, en comparación con un máximo de 9 mil 741 por día en diciembre del 2023, reporta la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos. Los economistas creen que, con el tiempo, esta disminución dejará un vacío en la fuerza laboral mucho mayor que las deportaciones.

Entre el 2021 y el 2024, aproximadamente 12 millones de migrantes llegaron a Estados Unidos, de los cuales aproximadamente dos tercios ingresaron ilegalmente o solicitando algún tipo de estatus temporal, como asilo o libertad condicional. Algunos dicen estar cada vez más resignados a tener que irse y quieren ahorrar todo el dinero posible antes de hacerlo.

En una calle lateral del centro de Washington, D.C., un grupo de repartidores de comida venezolanos se reunió en su lugar habitual un lunes reciente, pese a advertencias sobre redadas migratorias planeadas en la ciudad, difundidas vía grupos de mensajería que los migrantes usan para compartir esa información.

«Lo que tenemos que hacer es trabajar, trabajar, trabajar y ganar, ganar, ganar, porque no tenemos mucho tiempo», dijo un repartidor, un venezolano de 29 años que recorrió el peligroso sendero selvático del Tapón del Darién y cruzó la frontera sur de Estados Unidos en junio pasado. Tiene una solicitud de refugio pendiente, pero no está contando con que prospere con Trump.

Dijo que conduce para Uber Eats de 8:00 a 23:00 horas casi todos los días, ganando entre mil 300 y mil 500 dólares a la semana. Tomó clases de inglés en una escuela local, pero se negó a reinscribirse a principios de este año.

«Con esta situación política donde no quieren migrantes, no voy a seguir aprendiendo inglés sólo para volver a Venezuela y hablarles inglés a los animales», dijo.

En los días posteriores a reportes de actividad de las autoridades migratorias en Washington, la calle lateral estuvo prácticamente vacía de repartidores.

Una encuesta reciente a patrones realizada por el bufete de abogados Littler Mendelson reveló que el 58% tenía cierta preocupación de problemas de personal como resultado de las políticas migratorias de Trump. Sin embargo, hasta el momento no hay reportes de escasez generalizada de mano de obra, ni siquiera en industrias con gran presencia de migrantes.

La Asociación Nacional de Constructores de Viviendas sólo ha recibido «reportes anecdóticos de algunas limitaciones» relacionadas con la oferta laboral, afirmó Robert Dietz, economista titular del grupo.

Una portavoz de la Federación Estadounidense de Oficinas Agrícolas afirmó que, aunque algunos agricultores reportan que sus empleados tienen miedo de ir a trabajar, «no tenemos conocimiento de interrupciones generalizadas en las operaciones agrícolas debido al ausentismo laboral».

El papel de los migrantes indocumentados en la fuerza laboral es difícil de medir de manera confiable, ya que éstos suelen mostrarse reacios a proporcionar información a las agencias gubernamentales.

La encuesta mensual de hogares de la Oficina del Censo, empleada para calcular la tasa de desempleo y otros datos clave del mercado laboral, ha visto una marcada disminución en las respuestas de segmentos de la población que incluyen a muchos migrantes que ingresaron ilegalmente.

En abril, recibió mil 196 respuestas de no ciudadanos con diploma de preparatoria o menos, 16% menos que en agosto y la menor cantidad en 21 meses, de acuerdo con un análisis del Wall Street Journal de los datos del censo archivados por IPUMS en la Universidad de Minnesota. Las respuestas en general disminuyeron 4%.

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