El líder de un cártel dice que está tratando de averiguar cómo proteger a su familia en caso de que el Ejército estadounidense ataque dentro de México. Otro dice ya estar oculto y rara vez sale de su casa. Dos jóvenes que producen fentanilo para el cártel dicen que han cerrado todos sus laboratorios de drogas.
Una avalancha de arrestos, incautaciones de drogas y redadas de laboratorios por parte de las autoridades mexicanas en los últimos meses ha golpeado al gigante Cártel de Sinaloa, afirman funcionarios mexicanos y seis operadores del cártel, obligando al menos a algunos de sus líderes a reducir la producción de fentanilo en el Estado de Sinaloa, su bastión.
Los cárteles han sembrado el terror en todo México y causado un daño incalculable en Estados Unidos. Pero en Culiacán, la capital del Estado, la dinámica parece estar cambiando. Los operadores del cártel dicen que han tenido que trasladar laboratorios a otras áreas del País o pausar la producción.
«No puedes estar tranquilo, ni siquiera puedes dormir, porque no sabes cuándo te van a atrapar», dijo un miembro de alto rango del Cártel de Sinaloa que, al igual que otros miembros del cártel, habló bajo condición de anonimato.
La ofensiva del Gobierno contra el crimen organizado se intensificó después de que la Administración Trump amenazó con represalias a menos que México detuviera el suministro de fentanilo a EU. Después de asumir el cargo en enero, el Presidente Donald J. Trump anunció aranceles del 25 por ciento a los productos mexicanos si el País no actuaba en materia de seguridad fronteriza y tráfico de drogas. Trump dio a México un mes para entregar resultados.
Enfrentando caos económico, la Presidenta Claudia Sheinbaum de México envió a 10 mil efectivos de la guardia nacional a la frontera y cientos más a Sinaloa, un centro del tráfico de fentanilo donde una guerra entre cárteles ha causado zozobra durante meses.
«Todos los días han habido arrestos e incautaciones», dijo Omar Harfuch, el Secretario de Seguridad mexicano, en una reciente conferencia de prensa. Las detenciones han llevado a «un debilitamiento constante» del cártel.
Las fuerzas del orden del País incautaron casi tanto fentanilo en los últimos cinco meses como en el 2024. La Administración de Sheinbaum dice que ha realizado casi 900 arrestos en Sinaloa desde octubre.
Luego, a fines de febrero, el Gobierno mexicano dijo que había comenzado a enviar a EU a más de dos docenas de operadores de cárteles buscados por las autoridades estadounidenses. Fue una clara señal para la Administración Trump de que México estaba ansioso por luchar contra los cárteles, aunque Trump dijo el mismo día que aún no estaba satisfecho con los esfuerzos del Gobierno. Los aranceles entraron en vigor el martes, pero el jueves fueron suspendidos hasta abril.
En entrevistas, algunos miembros de los cárteles dijeron estar vendiendo propiedades y despidiendo a personal no esencial para compensar la pérdida de ingresos por la caída del tráfico de fentanilo. Otros dijeron que estaban invirtiendo en equipo avanzado para detectar drones estadounidenses, que EU también utilizó en México durante las Administraciones de Biden y Obama.
Los grupos criminales en México tienen un largo historial de sobrevivir a los intentos de desmantelamiento o de dividirse en nuevos grupos. Pero varios de sus operadores dijeron que, por primera vez en años, auténticamente temían ser arrestados o morir a manos de las autoridades.
Los expertos dijeron que una disminución en la producción en Culiacán no necesariamente afectaría el flujo de fentanilo al norte, ya que el cártel puede trasladar sus laboratorios a otros lugares. Cocineros y expertos dijeron que anticipaban que el cártel reactivaría los laboratorios en la Ciudad si la presión disminuía o el grupo necesitaba efectivo.
Pero la ofensiva ha tenido un impacto, dijeron, y algunos citaron la nueva presión de Trump. «Trump estableció una fecha límite y estamos viendo en un mes los resultados de todo lo que podríamos haber visto en años», dijo Jaime López, un analista de seguridad en México.
Los miembros de los cárteles dijeron que se estaban preparando para la mayor presión bajo el Gobierno de Trump. A fines del mes pasado, su Administración designó a varios cárteles como organizaciones terroristas. Los operadores de los cárteles dijeron que habían aumentado los envíos de armas desde Estados Unidos, la fuente de la mayoría de las armas ilegales usadas por los delincuentes en México.
Al interior de la Administración Trump, hay división sobre si EU debería tomar una acción militar unilateral en México contra los cárteles, o si debería trabajar más de cerca con el Gobierno mexicano en la lucha contra el tráfico de drogas.
Un operador de alto nivel dijo que el cártel respondería si se llevaran a cabo redadas o ataques. «Si un helicóptero llega y descienden 20 o 30 soldados, no nos quedaríamos aquí sentados de brazos cruzados», dijo.
A fines de febrero, las fuerzas mexicanas arrestaron a dos grandes personajes dentro del Cártel de Sinaloa que eran socios de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, un hijo del capo de la droga conocido como El Chapo. Tras las capturas, el Ejército mexicano desplegó una oleada de soldados en todo Culiacán, estableciendo puestos de control y bloqueando cuadras enteras.
Sheinbaum ha defendido su historial en la lucha contra los cárteles y ha respondido con fuerza a la acusación de la Administración Trump de que el Gobierno mexicano tiene «una alianza intolerable» con los narcotraficantes.
«Estamos combatiendo a los grupos del crimen organizado, no puede haber duda al respecto», dijo Sheinbaum el mes pasado.
Pero pocos disputan que la corrupción abunda en México. Un líder de una célula del cártel dijo que dudaba que este nuevo esfuerzo dañara seriamente al cártel porque podría asegurar su supervivencia sobornando a funcionarios clave. «Siempre hay puntos débiles», dijo.
