Con las tecnologías nos queda al alcance de la mano la mayoría de las cosas que necesitamos para nuestro día a día. Compras del super, ropa, accesorios e incluso materiales de construcción podemos ordenar en línea y arribarán a la comodidad de casa. Pero para que eso suceda ¿qué ocurre detrás?
Detrás de ese producto que se pidió en línea, hay toda una cadena de suministro y transporte, con un mar de manos trabajando para disfrutar de ese ofertón que usted encontró en internet. Incluso, más allá de las compras ocasionales en línea, casi todo lo que consumimos se produce en otras latitudes, ya sean nacionales o fuera de nuestras fronteras. Bien, pues todas esas mercancías deben ser transportadas y la mayoría, entre más se acerquen al destino, su ruta será por vía terrestre, por carretera.
Los transportistas, al igual que la mayoría de los ciudadanos, estamos hartos de la inseguridad, máxime la que azota a este gremio con las pérdidas millonarias y humanas que ocasionan los altos índices de violencia en el país. El día 15 de febrero, a nivel nacional, diversas asociaciones de transportistas salieron a las carreteras a realizar un bloqueo, en múltiples puntos del país. Un total caos para los usuarios de las vías terrestres.
La delincuencia organizada ha apaleado tanto a los transportes que, en mucho tiempo no se veía tal unión para manifestar la inconformidad con el estatus de la seguridad. Pasaron de las palabras a los actos y aunque usted no hubiera sido afectado directamente por estos paros, debe saber que la inseguridad en el transporte también nos impacta, por el simple hecho de que a mayor inseguridad mayor riesgo en el traslado de bienes, lo que ocasiona incrementos en las medidas de seguridad, cambiar por rutas con mayor distancia o subidas en los precios de pólizas de seguro, aumentos que finalmente terminamos pagando los consumidores por la falta de acciones de seguridad.
Por decirlo de otro modo, estamos pagando doble, con nuestros impuestos, de forma indirecta pagamos por la omisión de las autoridades y de forma directa pagamos en un producto o su flete los aumentos que se generan por la inseguridad al movilizar las mercancías. En nuestro Estado, a inicios de la administración, se compraron Mustangs y Camaros, vehículos de lujo, potentes y deslumbrantes para combatir la inseguridad en las carreteras, los cuales parece que no han deslumbrado a la delincuencia organizada, porque los índices delictivos no solo no bajan, sino que se mantienen al alza. No sé usted, pero esas unidades de lujo en el único lugar que las he visto ha sido patrullando en la carretera 57, del distribuidor Juárez a máximo el eje 140 y no así en los tramos de más inseguridad. Tal vez sea porque se gastan y su suspensión es delicada o porque allá no las vamos a poder ver y pues mejor aquí que sí las podemos admirar.