El último insulto racista aparentemente proferido por el candidato presidencial republicano Donald Trump se conoció el 22 de octubre en un reportaje de la revista The Atlantic.
En ese texto se citan afirmaciones del exsecretario general de la Casa Blanca, John Kelly, quien dijo que en abril de 2020 el entonces presidente se enfureció cuando le informaron el precio que debía pagar por el funeral de una soldado del Ejército de ascendencia mexicana asesinada con un martillo dentro de la base militar Fort Hood, Texas.
Trump había prometido a los familiares correr con los gastos fúnebres de Vanessa Guillén, pero, según The Atlantic, cuando le llegó la factura, de US$ 60.000, Trump dijo: “No cuesta 60.000 dólares enterrar a una j**dida mexicana” y ordenó no pagarla.
La campaña de Trump calificó esa versión como “una mentira escandalosa”. Pero lo cierto es que sus voceros han tenido que salir a aclarar una y otra vez los alcances de cada dicho que denigra de los migrantes, justo cuando faltan menos de dos semanas para las elecciones presidenciales y tanto él como su contrincante demócrata, Kamala Harris, buscan conquistar el voto latino, un respaldo clave para asegurarse el triunfo el 5 de noviembre.
Con todo, el expresidente republicano tiene un largo historial de dichos considerados racistas y xenófobos contra las personas —muchas veces inmigrantes— provenientes de países de América Latina. Según la Real Academia de la Lengua Española, el racismo es la «exacerbación del sentido racial de un grupo étnico que suele motivar la discriminación o persecución de otro u otros con los que convive».
Contactado por CNN para obtener comentarios sobre el conjunto de las declaraciones de este tipo del expresidente a lo largo de su carrera, el director de Comunicaciones Hispanas, Jaime Florez, aseguró que «Trump ha estado respondiendo a estas afirmaciones (hechas) sin pruebas, de que es ‘racista y xenófobo’ durante muchos años. Estos ataques antiguos, infundados y sacados de contexto se remontan a su primera campaña presidencial de 2016, de la que salió victorioso». Además, indicó, el expresidente ha estado ganando terreno entre los latinos en todo el país.
Aunque el republicano ha negado en varias ocasiones ser racista, aquí hay un repaso por algunas de sus frases más (tristemente) destacadas:
«Se están comiendo los perros; se están comiendo a los gatos»
Trump ha dedicado varias de sus apariciones a difundir noticias falsas sobre los migrantes.
En el debate del 10 de septiembre con Kamala Harris repitió la mentira de que los inmigrantes haitianos en Springfield, Ohio, se comen a las mascotas de los habitantes de esa ciudad, algo que ha sido desmentido por autoridades locales y estatales, como parte de lo que varios analistas han definido como un intento por avivar los temores contra la inmigración e impulsar sus propuestas de política migratoria de línea dura, incluidas las deportaciones masivas.
En su defensa, Trump dijo la semana pasada, ante una pregunta del público durante un foro de Univision, que solo estaba repitiendo «lo que se informó» cuando hizo las afirmaciones falsas y ya desacreditadas sobre los inmigrantes haitianos que comen mascotas en Springfield.
Sobre presuntos delincuentes de origen venezolano: «Son narcotraficantes, criminales, asesinos y violadores. Los han trasladado a Estados Unidos»
En una entrevista en la plataforma de streaming en directo Kick en agosto de 2024, Trump dijo que la delincuencia había disminuido drásticamente en Venezuela porque trasladaron «a sus elementos criminales a Estados Unidos», un comentario con el que buscaba criticar las políticas de seguridad fronteriza del Gobierno de Joe Biden.
“Son narcotraficantes, criminales, asesinos y violadores. Todo lo han trasladado a Estados Unidos”, dijo Trump sin presentar pruebas. Con ello, según sus críticos, el expresidente busca catalogar como delincuentes a numerosos migrantes que han solicitado asilo en Estados Unidos debido a la situación en Venezuela
De acuerdo con una investigación de CNN Verifica sobre el tema, esa afirmación sobre las acciones de Venezuela es vaga y nunca fue corroborada.
Antes de eso, durante la Convención Nacional Republicana que lo eligió como candidato a la presidencia, Trump también dijo que «en Venezuela, la criminalidad bajó un 72%» porque los gobiernos extranjeros están enviando a los criminales de sus países a Estados Unidos. CNN Verifica ha logrado confirmar que Trump exageró enormemente la disminución de la delincuencia en Venezuela durante la era Biden, al menos según las limitadas estadísticas que están disponibles.
Al ser consultado sobre las cifras, Trump respondió: «Supongo que en este caso los saqué de los periódicos, creo que es una declaración federal o… bueno, en realidad vienen de Venezuela. Vienen de Venezuela».
Y si bien es cierto que al menos algunos criminales se han unido a los venezolanos respetuosos de la ley en un éxodo masivo del país en medio de la crisis económica de la última década, no hay pruebas de que el Gobierno de Venezuela haya vaciado deliberadamente las cárceles con fines migratorios o haya enviado intencionalmente a excriminales o prisioneros a Estados Unidos.
Trump también afirmó en un discurso de campaña que pandillas de origen venezolano se estaban apoderando de zonas del estado de Colorado e insinuó que se avecinaba un derramamiento de sangre.
Aunque no lo mencionó en su discurso, el candidato se refería al rumor de que la banda criminal venezolana Tren de Aragua había estado atemorizando a un puñado de apartamentos en varios edificios en la ciudad de Aurora, una versión amplificada por algunos funcionarios republicanos. Pero la policía de Aurora rechazó la versión de que banda transnacional controle algún edificio de la ciudad.
«Cuando México envía a su gente, no envía lo mejor (…) Están trayendo drogas, están trayendo crimen, son violadores»
El ataque específico a migrantes hispanos de una nacionalidad particular ha marcado las campañas electorales de Trump.
En el lanzamiento de su candidatura a la presidencia en junio de 2015, Trump dijo: «Cuando México envía a su gente, no envía lo mejor, no los envía a ustedes. Están enviando gente con montones de problemas. Están trayendo drogas, están trayendo crimen, son violadores y algunos asumo que son buenas personas, pero yo hablo con guardias fronterizos y eso tiene sentido común».
Además aseguró que desde el país vecino entran «problemas» que vienen «de Sudamérica y toda América Latina».
«Este es un país en el que hablamos inglés, no español»
Durante un debate de CNN en septiembre de 2015 durante las primarias republicanas, Trump dijo, al enfrentarse a Jeb Bush, «este es un país en el que hablamos inglés, no español». Jeb Bush está casado con una mexicana y es bilingüe en español, por lo que había hablado en ese idioma con periodistas latinos y durante su campaña de cara a las primarias del partido.
Los comentarios de Trump despertaron entonces una ola de críticas por ser considerados un insulto a quienes hablan español en el país. De acuerdo con cifras del Pew Reaserch Center, de la población latina en Estados Unidos —calculada en unos 63,7 millones o el 19% de la población total en 2022— al rededor de un 75% dice que puede mantener una conversación en español y un porcentaje aún mayor 85%, dice que hablar español es importante para las futuras generaciones de latinos el país.
«Estoy construyendo un muro. Hay un conflicto de interés inherente»
En 2016, Trump dijo sobre el juez federal Gonzalo Curiel que tenía «ascendencia mexicana», por lo que sería sesgado juzgarlo en el caso de Trump University.
Trump se refirió a Curiel en varias oportunidades como un «enemigo», poniendo en duda su capacidad de actuar con justicia en el caso de una demanda contra la Universidad Trump e insinuó, enigmáticamente, «que deberían fijarse con detenimiento en el juez Curiel».
El juez nacido en Indiana es «un mexicano», dijo Trump en repetidas ocasiones, presentando a Curiel como una persona vengativa y sin temple, además de poner en cuestión el hecho de que su origen pueda condicionar su aptitud en su trabajo. En realidad, el objetivo de Trump con sus dichos era minar la credibilidad de Curiel insinuando que no podría separar las cuestiones personales de la ley constitucional.
«Países de mi**da»
«¿Por qué tenemos toda esta gente de países de mi**da viniendo aquí?”, dijo Trump en enero de 2018, refiriéndose a los países africanos, a Haití y a El Salvador, de acuerdo con personas que estuvieron en una reunión sobre inmigración en la Casa Blanca, según reportó en ese momento The Washington Post y pudo confirmar CNN.
De acuerdo con un análisis de Stephen Collinson, de CNN, publicado entonces, las declaraciones de Trump sobre esos países generaron conmoción pública debido que, entre otras cosas, dejaba atrás las expectativas sociales “sobre la dignidad de la presidencia en sí misma y la mística que enmarca al presidente como defensor de la moral y de la diversidad cultural”.
También según Collinson, los dichos negaban la idea extendida de que el sueño americano no discrimina por motivos de raza u origen.
Trump luego sugirió que, en lugar de inmigrantes de esos países, EE.UU. debería traer gente de lugares como Noruega, con cuya primera ministra se reunió poco después. La Casa Blanca no desmintió ni rectificó esa declaración.