Desde el 2023, en el Estado se viene sintiendo con mucha tragedia la sequía que azota fuertemente. Bueno, pues de habérnosla anunciado y que llegaría y llegaría, ya llegó, ya esta aquí y adivine usted qué han hecho nuestras autoridades para prevenir que se agudice aún más. Exacto, nada.
Sí, en la capital se tuvo el “plan emergente” para solucionar en el corto plazo y de forma medianamente rápida el problema, con el perforado de nuevos pozos, pero eso es una curita para la magnitud de lo que está pasando. Seguimos sin tener un plan a futuro que pretenda solucionar esta complicada problemática y las autoridades a nivel municipal, estatal y federal no logran ni ponerse de acuerdo, para al menos pretender intentarlo.
A lo anterior agreguemos que en tiempos electorales cualquier tragedia se puede capitalizar en votos, pero en nada de acciones. Analicemos un poco. No habrá acciones importantes más que las apaga emergencias en el Estado, hasta en tanto no pasen los tiempos electorales, ya sea por pretextos de la veda electoral y principalmente porque en estos momentos lo crucial para los ineficientes que nos gobiernan es sumar adeptos a su campaña política. Por lo que, nos lleva al 02 de junio, posteriormente entraremos en un período de entrega y recepción, especie de pausa, en la que los órganos de gobierno son tierra de nadie y no hay nada bien definido, tiempo en el que en cualquier dependencia el comentario es: pues es que ya ve que andamos con lo de entrega-recepción mi Lic. Entonces mejor espérese a que ya todo se asiente, porque no sabemos quién se va y quién se queda, a lo mejor por los meses de octubre noviembre ya se tiene más claridad. Ridículo, pero cierto.
Entonces, probablemente tengamos hasta los meses de octubre o noviembre de 2024 un gobierno más o menos funcional. Bueno, al menos podemos decirles a nuestros hermanos de Ciudad Valles que se esperen más o menos 7 meses para que se busquen soluciones al grave problema de escasez de agua que tienen y empiecen a trabajar en ello allá por febrero del 2025, por aquello que se tenga que licitar y toda la papelería. Luego deberán esperar a que lo que vayan a hacer se logre con prontitud, que probablemente y a sabiendas de la máxima eficiencia de las obras públicas pueda tardar unos 6 meses, mínimo, entonces sería bueno anunciar con bombo y platillo que probablemente para agosto o septiembre del 2025 tengamos concluida una estúpida e ineficaz solución para servir, otra vez, solamente en el corto plazo a su problema y que en dos años, tal vez por 2027 que esta solución quede rebasada por la gravedad del avance del problema, se vuelva a repetir y repitamos con el ciclo, porque precisamente para esos tiempos empezarán de nuevo con temas de elecciones.
O tal vez el Dios que usted prefiera, brinde una gran temporada de lluvias, lo suficientemente constantes para apaliar el problema pero no mucho para que no se inunde, por aquello de los excelentes sistemas de desagüe y drenaje que tenemos.
Suena tan irreal esto, pero es, por desgracia, nuestra realidad. No hay proyectos palpables destinados a solucionar el problema, con trascendencia más allá de quien se encuentra ahora en el poder. En este periódico se publicó la semana pasada un reportaje de cómo han solucionado en otros países el problema de llegar al día cero y ninguna de las posibles soluciones ahí planteadas ha sido tomada en cuenta aquí ¿por qué? Porque no hay beneficio inmediato y ningún político quiere beneficiar a la competencia que vaya a llegar.
Nuestros amigos de Ciudad Valles, con sus temperaturas de hasta 45 grados, se han quedado sin agua. El principal abastecedor, que es un río, está prácticamente seco y se tuvieron que suspender la operación de negocios como autolavados y lavanderías, así como el riego de cultivos y la molienda de la caña. Simplemente no hay agua. Es alarmante la situación y muy preocupante.
Si durante estas campañas que los políticos van a su colonia y se quieren tomar la foto con el bebé y el adulto mayor, lo invito a que le exija enérgicamente soluciones a largo plazo, planes pensados en el bienestar de la población y no paliativos mientras estarán en el cargo. Lo invito a que le pregunte si va a quedar algo de la Sierra de San Miguelito después de todos los incendios forestales que hay y la están devorando. Lo invito a que se una con la necesidad de toda la población y les reclame resultados ya en sus funciones. Lo invito a hacer su parte y de verdad cuidar el agua, ser prudente y empático con quienes no la tienen, porque en esta columna estamos conscientes de que nos esperan tiempos difíciles en materia hídrica y entre más tarde se actúe será peor.