Una de las cosas que nos indican los planes de desarrollo son las zonas en que se puede llevar a cabo determinada actividad económica y la capacidad que se podría tolerar de ella, en función de los recursos que necesite para su operación y el impacto ambiental que pudiera tener. En ejemplo, usted podría poner una tienda de abarrotes, en una zona denominada como habitacional. La ley le permite un negocio de hasta 80 m2, sin embargo, si sobrepasa de esas dimensiones ya no lo podría instalar ahí y tendría que buscar una zona que sí lo permita, algún corredor comercial o hasta un uso de suelo industrial, en función del tamaño e impacto ambiental. Tendría que ir a conseguir algún inmueble en una zona que el uso de suelo sí lo tolere. ¿A dónde tendrá que voltear a ver? Tal vez a una zona más amplia, un lugar de bodegas que esté bien regularizado y con todos los permisos pertinentes, ya que, si usted decide pasar por alto todo esto, lo que sucederá es que, probablemente, en algún momento, alguna de las autoridades relacionadas con la revisión y funcionamiento de negocios, se pongan a hacer su trabajo, le lleguen a su negocio, le pidan sus autorizaciones y por no tenerlos le clausuren, siendo esto no lo peor, si no que, aunque usted pague sus multas y se quiera regularizar no podrá hacerlo, ya que la zona en la que desempeña su negocio simplemente no lo tolera por sus dimensiones o giro y para que pudiera ser eso cambiado tendría que modificar el plan de desarrollo en el que se basan nuestras autoridades, que fuera aprobado nuevamente por todo un proceso legislativo y burocrático. Bueno, pues después de ello, en resumen, su negocio se fue al traste.
Los planes de desarrollo que se encuentran elaborados tienen muchos errores, tienen zonas que contemplan para un uso, pero que, desde hace muchos años, han sido utilizados para otros. ¿Qué pasa con la gente que desde hace 30 años tiene un negocio próspero en una zona que el plan de desarrollo, en el papel, no se lo permite? La respuesta: problemas y preocupaciones para usted por la posible pérdida de su patrimonio y en el mejor de los casos, cuando un poco les importa, dolores de cabeza para nuestras autoridades.
Sí, es necesario que el desarrollo tenga un orden, que atienda a las mejores condiciones posibles en favor de las personas, la salud y el medio ambiente, pero ¿qué pasa cuando los intereses no son estos y solo se vuelven económicos? Imaginemos que usted es un empresario extranjero, con una cultura de cumplimiento total a la ley, que le gustaría instalar una de sus plantas en la capital porque eso le ofrece varias ventajas de logística y de proveedores. Para empezar, deberá encontrar en dónde se puede instalar y aquí es a donde llegamos a un punto clave: hacía qué zonas podría instalarse y bajo qué criterios determinó la autoridad el uso de suelo que tendría cada zona.
Por el giro y tamaño de la empresa, forzosamente se necesita que el uso de suelo sea industrial, así la respuesta de dónde se puede instalar sería sencilla, en la zona industrial. Pero vayamos un poco más allá con la reflexión ¿quién y bajo qué criterios determinó que esa zona fuera la industrial? ¿solo fueron realmente causas ambientales o de salud? ¿le conviene a alguien que se haya determinado que prácticamente esa fuera la única zona en que se puede instalar una industria de ese tipo? No vemos así y tampoco consideramos coincidencia que los terrenos de la zona industrial cuando se determinó que así lo sería se hubieran ido al cielo en precio. Igualmente sucede con las zonas que toleran asentamientos poblacionales y algunos otros giros ¿cómo y por qué se determinó que esa zona sería así? El fundamento técnico y científico a ello, en su mayoría, no lo hay, el fundamento económico de forma expresa tampoco, pero poniendo atención a la manera en que se va determinando cómo crece la ciudad y quiénes se benefician con ello, nos da una idea. Le escribo otro dato: ¿cómo determinan nuestras autoridades en dónde se realizan obras públicas que elevan los precios de la tierra que permite cierto uso de suelo? A veces es raro que se realice cierta obra en específico, máxime cuando se cuestiona a cuántos se beneficia, en comparación de otras obras que podrían tener mayor impacto.
Igual que con el crecimiento de la ciudad, se nos terminó el espacio, pero lo invito a todas estas reflexiones y preguntas que nos dan aún más cuestionamientos, en lugar de respuestas.