El Grupo Universitario del Agua de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) encendió las alertas sobre el estado del agua subterránea en la capital potosina y su zona conurbada. A través de la Agenda Hídrica de la Zona Metropolitana, el organismo advirtió la presencia de contaminantes peligrosos como flúor, arsénico, nitratos y nitritos en el acuífero que abastece a buena parte de la población.
El documento señala que aunque en años recientes se han perforado pozos de hasta 1,100 metros de profundidad, desde hace más de seis décadas ya se detectaban impactos negativos en la calidad del agua extraída del subsuelo. Hoy, la situación se agrava: varios de los pozos activos presentan indicadores microbiológicos por encima de los límites establecidos por la normatividad mexicana para agua potable.
Una estrategia insostenible
Ante la escasez y el descenso en niveles de presas, la respuesta común en San Luis Potosí ha sido extraer más agua del subsuelo, habilitando nuevos pozos. Sin embargo, esta práctica compromete la salud pública, pues los contaminantes naturales del subsuelo como flúor y arsénico son difíciles —y costosos— de eliminar de manera efectiva.
El grupo universitario denunció además la sobreexplotación del acuífero del Valle de San Luis Potosí, con una extracción anual estimada en 150 millones de metros cúbicos, mientras que solo se recargan 75 millones, lo que representa un déficit hídrico de 2 a 1.
Falta de control y datos actualizados
El informe también revela una grave carencia de datos actualizados sobre el nivel real de extracción tanto en pozos someros como profundos. Aunque existe un registro público de concesiones, los volúmenes realmente extraídos muchas veces no coinciden con los autorizados.
Otro punto crítico es la falta de conocimiento sobre la interacción entre los acuíferos superficiales y profundos, lo que podría derivar en contaminación cruzada por fallas geológicas o malas prácticas en la construcción de pozos, permitiendo el ingreso de contaminantes como plásticos o bacterias fecales a capas profundas.
Zonas en riesgo
Aunque el impacto general aún se considera bajo, en zonas como Soledad de Graciano Sánchez y Los Gómez ya se registra un deterioro en la calidad del agua extraída, lo que podría traducirse en una amenaza seria al abasto futurosi no se toman medidas urgentes.
El llamado del Grupo Universitario del Agua es claro: las autoridades municipales, estatales y federales tienen una deuda pendiente en el monitoreo, regulación y protección del acuífero, que hoy sigue siendo la principal fuente de suministro frente a la creciente escasez.