- ¿Se están tomando las medidas necesarias para garantizar la calidad y disponibilidad del hielo?
En medio de los ardientes días que se han registrado en la entidad potosina, un bien tan básico como el hielo se ha convertido en un tesoro difícil de conseguir. Las expendedoras de hielo, que solían ser fuentes refrescantes en momentos de necesidad, ahora son testigos de largas filas y clientes decepcionados. Esta escasez no solo ha generado molestias, sino que también ha desencadenado un aumento significativo en los precios, afectando el bolsillo de muchos.
Directamente desde las fábricas, donde se gesta el hielo que refresca nuestros días, surgen cifras preocupantes. Antes, el costo por kilo de hielo era de 3 pesos, una cifra que ahora se ha elevado a 4 pesos con 50 centavos o incluso hasta en 6 pesos. Este incremento de hasta un 50% en el precio ha impactado duramente a los consumidores, quienes ya están sintiendo el peso en sus gastos diarios.
Gabriela Godínez, una joven emprendedora y propietaria de “Skimo Fuente de Sodas” explicó que la materia prima en su negocio es el hielo, pero más allá del aspecto monetario, -dijo- que la calidad del hielo también ha sufrido un declive notable.
Expuso que el proceso acelerado de congelación al que se somete el hielo en las fábricas ha provocado una disminución en su calidad. Al congelarlo a marchas forzadas, su estructura se ve comprometida, resultando en un hielo que se derrite a una velocidad alarmante. “Este fenómeno no solo afecta su durabilidad, sino también su capacidad para mantener las bebidas frescas durante períodos prolongados, dejando a los consumidores con una sensación de insatisfacción”.
La creciente demanda ha exacerbado aún más esta situación. Desde las primeras horas de la mañana, largas filas de personas se forman frente a las expendedoras de hielo, en un intento desesperado por asegurarse su parte de este recurso escaso. Sin embargo, incluso aquellos que madrugan encuentran que la oferta es insuficiente para satisfacer la demanda. Para evitar el agotamiento total del producto, algunas expendedoras han optado por limitar la cantidad de hielo que cada persona puede adquirir, estableciendo topes que oscilan alrededor de los 50 kilos por cliente.
Gabriela señala que el impacto de esta escasez se refleja también en el precio final para el consumidor. “Si antes una bolsa de hielo directamente de fábrica tenía un costo de 23 pesos, ahora los precios oscilan entre 30 y 42 pesos dependiendo de la disponibilidad y la ubicación”.
Este aumento exorbitante ha llevado a algunos revendedores a aprovechar la situación, ofreciendo bolsas de hielo a precios que oscilan entre $45 y $50, explotando así la necesidad urgente de los consumidores.
Este panorama sombrío plantea interrogantes sobre la gestión de recursos y la capacidad de adaptación ante situaciones de alta demanda. ¿Están las fábricas de hielo preparadas para satisfacer las necesidades de una población cada vez más sedienta en los meses de calor? ¿Se están tomando las medidas necesarias para garantizar la calidad y disponibilidad del hielo, o estamos condenados a enfrentar un clima cada vez más caluroso y seco?
Ante este desafío, es crucial que tanto los fabricantes como los consumidores busquen soluciones sostenibles. Las inversiones en tecnología y procesos de producción más eficientes podrían ayudar a aumentar la oferta de hielo sin comprometer su calidad. Del mismo modo, es importante que los consumidores sean conscientes de su consumo y busquen alternativas para reducir su dependencia del hielo, tanto por razones económicas como ambientales.
En última instancia, la escasez de hielo en temporada de calor no es solo un problema de oferta y demanda, sino un recordatorio de la fragilidad de nuestros recursos naturales y la necesidad de encontrar un equilibrio entre nuestras necesidades y la capacidad del planeta para satisfacerlas. En un mundo cada vez más caluroso, la frescura del hielo se convierte en un bien preciado, cuya escasez nos insta a reflexionar sobre nuestro consumo y nuestras prioridades
La salud de las personas puede estar en riesgo
En tiendas de conveniencia, abarrotes y otros comercios en los que normalmente se pueden encontrar bolsas con hielos, estas se agotan rápidamente, debido al calor y a la escasez de agua, ya que la demanda de hielo se incrementó exponencialmente.
Lo anterior ha provocado una sobredemanda de hielos, lo que propiciado que varias empresas produzcan dicho producto, pero sin las debidas normas sanitarias, con el riesgo de encontrar que el hielo no es potable, generando peligro en las personas que los consumen y generar enfermedades gastrointestinales.
Incluso en algunos lugares o establecimientos donde se venden bebidas refrescantes cuya base es el hielo se les explica a los clientes que no las pueden servir debido a la falta de estos. Otro ejemplo en las tiendas de conveniencia Oxxo de San Luis Potosí, Hidalgo, Guanajuato, Yucatán y la Ciudad de México (CDM), donde se han estipulado un número máximo de bolsas a los que podrán acceder sus clientes: tres bolsas por persona.
La escasez de hielo ha sido reportada en los últimos días en el Estado de México, Campeche, Guanajuato, Hidalgo, Oaxaca, San Luis Potosí, Yucatán, Tamaulpas y Tabasco.
Escasez de Agua Afecta Productos y Ventas: Canacope
En una reciente declaración, Armando Reyes Sias, presidente de la Cámara Nacional de Comercio en Pequeño (Canacope) en San Luis Potosí, advirtió sobre los serios problemas que está generando la escasez de agua en diversos productos, especialmente en los refrescos y el hielo. Reyes Sias señaló que el agua es esencial para la producción de estos bienes, y la falta de suministro adecuado ha afectado tanto a los fabricantes como a los comerciantes.
«Los pocos que están fabricando hielo, lo están haciendo en cantidades muy limitadas y vendiéndolo únicamente a clientes de toda la vida, racionando su distribución», afirmó Reyes Sias. Esta situación ha creado incertidumbre sobre las causas, ya que algunas empresas de hielo y agua cuentan con pozos propios que aparentemente también están enfrentando dificultades. «Los pozos están secándose debido a la escasez generalizada, ya que las presas y otras fuentes de agua también se han agotado», explicó.
En cuanto a los precios, Reyes Sias mencionó que, aunque no tiene cifras exactas, ha escuchado de varios comerciantes que los costos del hielo se han incrementado significativamente. Este aumento de precios está afectando tanto a comerciantes como a consumidores, generando preocupación sobre el impacto a largo plazo.
Por otro lado, las ventas de bebidas refrescantes han mostrado un incremento debido a la alta demanda de estos productos en tiempos de calor. «Lo que nos ha levantado la venta en los comercios son las bebidas frías. Las ventas de otros productos están completamente bajas», comentó Reyes Sias. A pesar de este incremento, las ventas no compensan las pérdidas en otros sectores.
El presidente de Canacope informó que los precios del agua y productos relacionados han aumentado entre un 40% y un 50%, mientras que la venta de otros productos ha disminuido entre un 30% y un 40%. «Estamos en un nivel más o menos sostenible gracias a la venta de agua y refrescos, pero la situación es preocupante», concluyó.
La Canacope continuará monitoreando la situación y buscando soluciones para apoyar a los comerciantes afectados por esta crisis hídrica.